Avance Taurino ha sufrido como tantos y tantos los efectos devastadores de la Dana. Dos meses después de trasladarse a Paiporta, tras tantos y tantos años en Monteolivete, el agua se lo ha llevado todo por delante. Todo. Y pudo ser peor, porque a Pablo Pilato le salvó un providencial quite del ángel de la guarda.
Enrique Amat
Hace unos años publicaba un artículo en reconocimiento a los primeros 25 años de Avance Taurino. Un artículo que hoy tiene plena vigencia, con algún retoque. Va por Paco y su equipo.
Y es que en estos tiempos que corren, mantener más de 30 años una referencia como Avance Taurino suena a algo extraordinario. Porque AT no es solo la revista que se reparte todos los días de festejo feriado en las plazas de Valencia, Castellón, Alicante, Albacete y Algemesí, y que también se ha distribuido en otros cosos como los de Murcia, Requena, Utiel, Xátiva y Foios.
AT es también una web pionera en la información taurina por ese mundo virtual que ahora nos controla y domina. Es una de las grandes referencias de la presencia de los toros en la red, en esa nube en la que dicen, los que saben de esto, que estamos todos. Una referencia que se mantiene viva y pujante en ese mundo de la cibernética.
Pero no acaba aquí la cosa. Porque AT también organiza exposiciones, muestras, conferencias, y difunde la cultura taurina por todos los rincones del que Gregorio Corrochano denominó “el planeta de los toros”.
Y, dentro de este campo de la cultura taurina, hay que quitarse el sombrero y pegar un monterazo a AT y su gente por el colosal esfuerzo editorial que sigue realizando. Supera ya más de un centenar de libros taurinos que han salido de esta empresa.
Libros, muchos de ellos a cargo de su propio director, Paco Delgado. Así, hasta 30 resúmenes de la temporada en la Comunidad Valenciana. Y otros muchos, ya más de otros 30, a cargo de un diverso elenco de aficionados, periodistas, y profesionales englobados bajo la colección denominada La cuadrilla de la que me honro en pertenecer. Y otros tantos, dentro de un apartado de libros especiales, con temáticas variadas y autores de toda condición. Y últimamente se ha puesto en marcha otra colección bajo el título El ruedo de papel. Un enorme esfuerzo editorial, que casi deja pequeña a aquella legendaria colección La Tauromaquia de Espasa-Calpe, que en su momento significó todo un hito.
Pero no solo es el esfuerzo de escribir, que conocemos algunos. Hay otro esfuerzo que es mucho más complicado, que es el de publicar. Y Paco también se encarga de eso. Y de buscar anunciantes, labor ingrata y complicada que cada día se está haciendo como si de lidiar diez camadas de Miura entera se tratase.
El inventor e impulsor de todo esto, al margen de su extraordinario equipo, es un personaje llegado a Valencia desde Albacete quien, a la chita callando, piano piano, ha acabado por revolucionar el cotarro. Piano piano, porque Paco Delgado tiene la virtud y la grandeza de la modestia y la discreción. En este mundo de vanidades en el que vivimos, y muchísimo más en el de la tauromaquia, proliferan los figurantes. Y los roneantes, los que quieren dejarse ver, los que tienen la obsesión de estar siempre donde no les llaman, los que se pavonean y los que tienen el mal gusto de creerse, muy ufanos ellos, que son los protagonistas de un espectáculo en el que lo más importante, lo únicamente importante, son los toros y los toreros.
Paco ni ronea ni fantasmea. Paco, movido por una apabullante afición, trabaja, trabaja y trabaja. Sin descanso. Con una capacidad asombrosa para sacar adelante proyectos. Sin darse importancia. Sin resoplar. Sin bufar. Sin alardear. Otros, escriben apenas diez líneas y se dan un pisto que parece hayan descubierto América.
No así Paco, quien lleva adelante el portal taurino, la revista, las publicaciones, los libros, las exposiciones, tanto aquí como en Madrid, Bilbao, Albacete y donde haga falta. Pero además, también se ha de ocupar de una cosa que se llama Avance (sin taurino) Publicidad, que es el verdadero germen del negocio y, si no, que se lo digan a sus socios Miguel Angel y Pablo Pilato, que son quienes sufren de los toros con una paciencia y una resignación absolutamente franciscanas.
Y lo bueno es que uno le ve a Paco, y parece como que no hiciera nada. Parece como si la cosa no fuera con él. Con un cierto despiste en la expresión, y ese su singular aspecto de Jesucristo Superstar. Paco siempre luce una media sonrisa, con un punto de manchega socarronería, en el rostro. Pero nunca un mal gesto, ni un tirar las patas por delante.
Nunca se le ve agobiado. Nunca se le ve hasta las trancas. Uno, que le conoce hace ya muchimmosaños (como se dice en su Albacete natal), todavía no le ha visto enfadado. Hombre, seguro que muchas veces la procesión irá por dentro. Pero si alguien ha visto a Paco cabreado o fuera de sí, que tire la primera piedra. Templanza y talante le sobran. Todo lo lleva bien Paco, muy juncal y muy serrano.
Y luego, tiene la virtud de la generosidad. Es de los que saben dar cuartelillo. Es de esos amigos ciertos en los tiempos inciertos. Y uno puede dar fe, porque en los momentos complicados, allí ha estado Paco con su quite salvador. Sin pedirle nada, por iniciativa propia. Ofreciendo su apoyo y su amparo. Sin alardes, sin darse importancia. Porque sí, porque la sale del alma.
Pues este es nuestro amigo Paco. Un trabajador stajanovista. Y como buen manchego, también amante de la jarana y la francachela. Ahí también es figura. Es como la gente de Alcoy, el pueblo de mi mujer. Industrial y festero hasta la médula. Un buen tío. Un tío legal, como se dice ahora.
Además, por si fuera poco todo lo anterior, Paco tiene la radio, con su Clarín del alma, y el periódico La Razón. Y 6 toros 6. Y, asimismo es un destacado dibujante y caricaturista. Y músico vocacional. El burro que sopla le lleva su tiempo. Pero a buen seguro que con su guitarra eléctrica y rockera se quita las muchas telarañas de cada día. Y encima, un amantísimo esposo, probo padre de familia Y ahora, un abuelo desbordante de felicidad, Y tiene el título de Machaco de Honor. Casi ná.
Pero todo no podía ser tan idílico. Paco es un poco agonías. Si por él fuera, tendría los Avances de las Fallas de 2025 ya hechos. Por si acaso. Y además, a la chita callando, va a la suya. Él se organiza, se programa. Y luego, si le preguntas y no tiene respuesta, o en determinado momento ha hecho lo que le ha salido de los cataplines, desparrama la vista, mira al cielo y hace como si se despista. Qué jodío Paquito.
Y, lo que es peor. Es forofo hasta la médula del Real Madrid. Y admirador de aquel jugador salmantino que tuvo el equipo del estadio Santiago Bernabeu que se llamó Ángel. Un centrocampista laborioso, esforzado y abnegado, pero de poco brillo. Esto es lo único que de verdad le saca a Paco de sus casillas y le destempla. Su Real Madrid, cuando pierde y cuando juega mal. Pero bueno, es que no se puede ser perfecto.
Y además, para rematar la faena, ante esta cornada que le acaba de dar la vida, ha reaccionado con torería, con templanza, con estoicismo, con una actitud más que ejemplar. Con el arte de los que no tienen valor, y el valor de los que no tienen arte. Y se ha levantado de la voltereta sin mirarse la ropa. Y encima escribiendo: “Parece que ya todo ha pasado y ahora hay que levantarse, mirarse la ropa, evaluar los daños, comprobar el alcance de la herida… y como los toreros que lo son, ponerse de nuevo en pie y volver a la cara del toro.”
Un tío. Monterazo para él y para Pablo. Y todo el equipo. La afición, los amigos, estamos con ellos. Pa sécula sin fin, que decía Lagartijo. Para lo que haga falta.
Larga vida a Avance Taurino. Vai avanti, Paco!!!