El origen del festejo del “toro enmaromado” de Benavente, según la documentación municipal, se sitúa en el contexto de la festividad del Corpus Christi, fiestas de gran solemnidad religiosa en esta localidad zamorana, conocida por ser uno de los núcleos de comunicaciones más importantes del noroeste de España: cruce de carreteras, Camino de Santiago, Camino de Oriente y Camino de la Vía de la Plata.
Según atestiguan las cuentas de fiestas más antiguas que se han conservado, las fiestas de toros ya tenían lugar en el siglo XV. En 1461-1462 figura entre las tres fiestas más señaladas de Benavente, aunque todo hace suponer que tienen una antigüedad mayor. Es en la segunda mitad del siglo XVII cuando se menciona por primera vez, al menos explícitamente, entre los actos de la denominada función del Corpus el correr una res con una maroma o ensogada, concretamente se cita al denominado “buey enmaromado”. De esta forma se llama al astado en los primeros documentos conservados sobre el festejo taurino, ya que el término “buey” era muy utilizado al parecer en la época para designar al toro de menor bravura (de este mismo modo continúa definiéndose en los tratados de tauromaquia).
Posteriormente, a mediados del siglo XVII este festejo aparece ya con la denominación de “toro enmaromado de la víspera del Corpus”, y plenamente configurado. Desde entonces se viene efectuando periódicamente y de una forma casi exclusiva en las fiestas del Corpus Christi; pues tan sólo en contadas ocasiones y para celebrar algún acontecimiento de júbilo general, se corrió un toro enmaromado al margen de esta celebración. La razón u objeto por el que se instituye el festejo ha estado vinculada siempre más a la leyenda y a la tradición oral, que a la realidad.
El prólogo de esta fiesta se ubica durante la celebración del conocido en el calendario religioso como Lunes de Pascuilla, y localmente como “Día de La Veguilla”, que es la fiesta que se celebra en honor de la Patrona de la ciudad: la Virgen de la Vega. Tradicionalmente, la víspera de esta festividad, se oficia una misa solemne en honor a la Patrona, y a continuación se realiza una procesión con su imagen, la cual es portada por los miembros de las diferentes peñas oficiales del Toro Enmaromado. A continuación de dichos actos tiene la tradicional “petición del toro”. Esta costumbre, según la documentación municipal, tuvo su origen en las dificultades de índole económica que se produjeron para costear el festejo de la Víspera del Corpus Christi desde la segunda mitad del siglo XIX.
Para este acto se engalana el edificio consistorial y todo el pueblo de Benavente acude tradicionalmente a su Plaza Mayor, para pedir a la Alcaldía la celebración del festejo. Constituye una manifestación de voluntad popular en la que la multitud apiñada corea al unísono, un único mensaje: “¡Toro, toro, toro!“, de manera incesante, hasta que el alcalde declara: “¡Este año tendréis toro!“. Esta masiva y multitudinaria petición es prueba indiscutible de su arraigo popular. Estas fiestas son reconocidas Fiestas de Interés Turístico Regional.