A través de Avance Taurino, me entero de la triste noticia del fallecimiento de Perfecto Guardiola. Buen aficionado, persona cabal y juiciosa.
Lo conocí allá por los años sesenta. Sabía que se encontraba en una residencia en Buñol, De vez en cuando, charlábamos por teléfono. Hace algún tiempo no había manera de contactar. Llamé a mi compañero José Luis Benlloch, pues también con frecuencia pegaban la hebra. Tampoco a mí me contesta, fue la respuesta. Nos invadió el pesimismo. El tiempo nos ha dado la razón.
Voy a presumir de memoria. En las Fallas de 1.969, tal día como el 18 de marzo, después de la corrida acudí al hotel Astoria, donde el crítico Alfonso Navalón Grande, tenía una tertulia informal para hablar de la corrida, después de haber enviado la crónica al periodico.
Esa misma noche Navalón me dijo: “Paco, como sabes soy un hombre de tierra adentro, por ello, ahora que estoy cerca del mar, me gustaría reunirnos en un restaurante de la playa.”
Inmediatamente pensé en La Pepica, donde ejercía de maitre el archiconocido monosabio Pepe Rubio, conocido por todo el mundo como Pepet el monosabio.
Pepet además fue el primero que levantó de la arena en Linares a Manolete cuando fue corneado por Islero.
José Rubio era padre de mi compañero en el Banco Popular Español, José Rubio, que llegó ser Jefe de Cartera en la oficina que el Banco tenía en la calle de Barcas número 3 de Valencia, hasta que un día el Banco de Santander se hizo cargo del mismo por el módico precio de un euro. Todos los edificios, sucursales, seis mil empleados y nunca se sabrá los depósitos y el capital, Pero eso es ya otra historia.
Como lo es, que se ha perdido un buen aficionado y una gran persona, como lo fue Perfecto Guardiola.
Dios te guarde Perfecto,
Paco Picó.