El 12 de mayo de 1990 fue primera vez que vi al maestro Alfonso Enrique Ponce Martínez. Fue una corrida mixta en la que actuaron en Valencia Juan Carlos Vera, Ponce y el entonces novillero Paco Senda. Se lidiaron toros de Sánchez Fabrés (pregonaos) y novillos de Montalvo.
Vera dio la vuelta al ruedo en su primero. Ponce demostró su conocimiento de los toros toreó a la antigua. Silencio en ambos. Paco Senda se llevó una oreja del tercero.
Cafeteria La Bolsa. Tras la corrida, aficionados y chivanos, Pascual Borriel, mi llorado Lorenzo, más que mi primo hermando, mi gran amigo el tio Leandro.
Alfonso López, de Benidorm, aficionado pero sabihondo, mi querido primo Pepe Luis (espectador de la tertulia: no ha visto nunca una corrida de toros).
Cuando Alfonso dijo: “no me ha gustado Ponce. De novillero me gustó mucho más” mi querido Lorenzo, Pascual y señora casi se levantan de la silla.
Quietos parados todos, mira lo que te digo, querido Lorenzo: si lo cuidan un poco será un figurón del toreo.
– Si hoy no ha hecho nada- dijo Lorenzo.
– Querido, a los toreros hay que mirarle los pies y la cabeza, y lo dicho; si no, me afeito la ceja derecha. Y así con estas palabras lo dije en mi programa de radio y televisión de Benidorm.
Manolo Villalba