El martes fue la festividad de la Virgen Blanca, y debían haber comenzado a las fiestas en Vitoria. Una ciudad en la que, por otra parte, ya estaban ausentes los toros hace unas temporadas. Y eso a pesar de haberse inaugurado una nueva y magnífica plaza de toros hace ya unas campañas. Este año ni habrá todos, ni bajará el Celedón ni los blusas desfilarán por calle Dato.
Enrique Amat
Lo mismo que en Vitoria, está sucediendo por un sin fin de localidades de toda España.
También se estarían celebrando ahora las fiestas de la localidad navarra de Estella o la vallisoletana de Íscar, una ciudad hoy infelizmente confinada a causa de la crisis del coronavirus, que se está llevando tantas cosas por delante.
Decía Joaquín Sabina en una célebre canción aquello de: “Quién me ha robado el mes de abril?” Pues bien. Este COVID-19 nos ha robado el mes de marzo, llevándose por delante las Fallas y la Magdalena de Castellón.
Nos ha robado tambien el mes de abril, dejándonos sin la feria de Sevilla. Nos ha robado el mes de mayo, impidiendo la celebración de otros ciclos importantes como San Isidro, Córdoba, Nimes o Cáceres. Nos ha robado el mes de junio, con las ferias de Granada, Soria, Segovia, Zamora, Burgos, Alicante, Badajoz y Algeciras entre otras.
Nos ha robado el mes de julio y nos dejó sin las ferias de Valencia, Pamplona, Santander, Tudela, Pamplona, Roquetas de Mar, Ceret y Mont de Marsan.
Y ahora se va a llevar por delante también este mes de agosto. Ni Vitoria, ni Bilbao, ni San Sebastián, ni Gijón, ni Pontevedra, ni Almería, ni Málaga, ni tantos y tantos otros lugares. Y por lo que nos afecta a los valencianos, ni Chelva, ni Requena, ni Xàtiva, aunque aquí hace ya tiempo que no había toros.
Hoy por hoy, ni la Blanca ni la Negra. Eso sí, por fortuna algunos festejos esporádicos se han celebrado entre el pasado fin de semana y estos días. Osuna, Estepona, Navas de San Juan, Huelva, Plasencia y Puerto de Santamaría han abierto sus puertas estos últimos días.
Cuando uno pensaba que la temporada estaba concluida, y habría que esperar al año que viene para ver toros, al menos se están dando algunos espectáculos. Una buena noticia, que sin embargo queda mediatizada por el hecho de que sean festejos que han tenido una repercusión mucho más importante en la prensa amarilla, esa mal llamada prensa del corazón o del hígado, por la que transitan husmeadores y huele braguetas de baja estofa.
Pero, en lo que a los aficionados nos afecta, también hay que analizar qué tipo de ganado se está lidiando en esos festejos. Por supuesto, no es ahora el momento de analizarlo en profundidad, porque lo importante es que se abran las plazas y se den toros. Pero no hay que caer en la autocomplacencia. Aunque se diga que hora es el momento para remar a favor de obra. Y no falta razón. Pero a más de uno se le caen los palos del sombrajo cuando lee en cada ina de las crónicas eso tan manido de “encierro de justa presentación, noble y blando. Flojos y sin raza”. Para echarse a temblar