Era la persona más querida en Albacete. La frase es de mi colega y amigo Pedro Piqueras, paisano del inmenso torero, presente en su tierra el día del adiós. Con esta sentencia, verdad pura, fin del artículo. Titular definitivo. Completo, exhaustivo. ¿Qué decir más? Sobran explicaciones. Está todo claro. ¿Para qué seguir?
Hay que ser alguien grande, grande, grande, para convertirse en el más querido en una población de muchos habitantes, capital que añoro de provincias porque la quiero. Pasé de joven veranos y ferias y allí me consolidé como aficionado.