Bilbao 24, la ruina prevista. Así no se puede seguir. Hay que tomar medidas drásticas para 2025. Una, debería ser carteles rematados, si hay suficientes toreros de interés, como este año los de Roca Rey, pero todos los días, como se ha demostrado que son los únicos que interesan y llevan público. Pero dos días, como en la última Aste Nagusia, de ocho y el resto de ruina no es factible.
Ricardo Díaz-Manresa
La otra, tremenda, dejar reducida la semana a tres días. Y olvidar lo que fue Bilbao, pero a ésta no habría que llegar hasta buscar todas las demás soluciones.
Lo de las peñas, solución para bastantes plazas, en Bilbao no encaja, pero se podría probar.
En fin, lo que sea antes de que se vuelva a repetir lo de este 24 y anteriores.
Y por mucho que se empeñara en la promoción, el nuevo portavoz de la casa, Manolo Chopera nieto, la realidad es otra.
Empezó mal suprimiendo el festejo del primer sábado y continuó peor con la suspensión 6 horas antes del primer festejo, el de rejones, achacada al mal tiempo…y seguro que peor en la taquilla.
Siguió muy mal con la escasísima entrada, de buen cartel, en la novillada del lunes, lo que hizo ver claramente el número de abonados que había para la feria…
Lo del martes fue aún peor, con el mano a mano absurdo porque Daniel Luque no lleva gente nada más que en Francia y Borja Jiménez todavía no ha empezado a sonar ni a atraer. El vacío de los tendidos fue delirante.
Tampoco interesaron nada el miércoles Castella, Perera y Emilio de Justo.
El jueves con la llegada de Roca Rey hubo un entradón.
Que se repitió el viernes, pero menos, extraño, sobre todo porque estaba la repetición de Roca Rey tras su triunfo del día anterior y especialmente la retirada de Ponce, el querido, admirado, amado, idolatrado y consentido, torero indiscutible de Bilbao. Y los toritos de Daniel Ruiz…¿A qué lumbrera se le ocurrió?
El sábado volvió la desolación y eso que se despedía Pablo Hermoso de Mendoza, también históricamente muy de Bilbao. Ni los amigos ni los familiares. Claro que sus Choperas le prepararon un cartel con Urdiales que no llevó ni a los paisanos cercanos de la Rioja, y Juan Ortega, debutante y lógicamente poco conocido en el Bocho. Menos gente que en una reunión de comunidad de vecinos.
Y se cerró sorprendentemente el domingo con algo más de público, quizá por los toros “vascos” de Dolores Aguirre, con un cartel modesto.
Y menos mal que el Presidente Matías acertó y no fue el desorientado de los últimos años.
Pero hubo más:
Toros. Bastantes no fueron el toro de Bilbao y los protestaron. Y los toros eran la columna de esta feria…
Y hasta la falta de seriedad de que algunos festejos empezaran después de las seis… y el bajón de la música, muchos años la mejor con Málaga.
En fin, o medidas radicales o adiós Bilbao.