El torero se viste en el hotel y de ahí a la plaza, salvo que haya algún imprevisto como le sucedió a Juanito Bienvenida.
Ocurrió en una corrida en Madrid, con ganado de Flores Albarrán, en un mano a mano con su hermano Antonio, quien le dijo:
– Juan, si quieres, que no venga a recogerte la cuadrilla y nos vamos los dos juntos en mi coche. Como nos vestimos en General Mola, 3…
– De acuerdo, muy bien.
Antonio estrenaba un vestido grana y oro y Juan uno verde y oro.
Total que Antonio se vestía muy rápido y no cesaba de decirle:
– Juan, venga más deprisa, más deprisa.
Su hermano le contestaba:
– Pero Antonio, si falta mucho para la hora.
Pero Antonio ya nervioso, insistía.Y Juan le decía que quedaba mucho tiempo…
Finalmente, Antonio le dice que se va para la plaza y le envía el coche.
“Se marchó para Las Ventas, yo terminé de vestirme -contaba Juan- pero el tiempo pasaba sin que el coche regresase. Salí a la calle y el coche que no llegaba nunca. Finalmente diviso un taxi y salgo corriendo a pararlo, ya vestido con mi flamante verde y oro, y el mozo de espadas cargado con el fundón de estoques. ¡Taxi!, ¡taxi!, frenó el taxista y al subir nos dice ¿adonde les llevo?
!Al estadio Bernabéu… no te fastidia!”