El matador Ricardo Izquierdo recuerda la siguiente anécdota de sus años de novillero.
“Ocurrió el 20 de agosto de 1960. Salimos de Palma de Mallorca, con tiempo suficiente para torear en Felanitx, ciudad que se encuentra a menos de 40 kilómetros. Yo pensaba vestirme de torero en una pensión en esa ciudad, pero cuando faltaban 15 kilómetros tuvimos una avería en el coche.
Viendo que no me daba tiempo, muy preocupado me enfundé allí mismo el vestido de torear.
Deprisa y corriendo me puse la taleguilla, la faja, y otras prendas, mientras el apoderado, el chófer y otras personas trataban de reparar la avería.
Por fin, pudieron poner el Cadillac en marcha y llegamos a la plaza cuando se iniciaba el paseíllo, pero lo pasé muy mal pensando lo que me podía haber pasado haciendo auto stop, vestido de torero.