Los o el del arte, Morante. En este 2025 han ocurrido varios cambios muy positivos para la tauromaquia o simplemente cambios sorpresa. Uno de ellos es quién manda: los del valor o los del arte. Siempre se ha dicho, y parecía un dogma torero: “los del valor, a mandar, y los del arte, a acompañar”.
Ricardo Díaz-Manresa
Bien es verdad que sólo hay dos figuras: Morante, el del arte y con más valor que todos sus compañeros anteriores que fueron calificados así y Roca Rey, con valor y más cualidades. Los dos con fuerza para poder mandar. Y casi se han repartido el poder, pero la temporada mágica del de la Puebla se impone.
Recordamos los casos más llamativos. Pepe Luis no pudo con Manolete. Ni Antonio Ordóñez con el Cordobés. Ni Curro, y menos Paula, con Espartaco. Siempre mandaban los del valor. La verdad es que Pepe Luis y Ordóñez fueron dos pesos pesados en lo suyo, algo que no se puede decir ni de Curro ni de Paula. Estos dos últimos acompañaban sin molestar y sin decidir nada en ferias ni despachos. Fueron anécdotas, más o menos grandes.
Manolete, en su tiempo, era dueño total y no digamos El Cordobés en el suyo. No se movía un papel sin que ellos lo supieran y admitieran. Montaban ferias y carteles a su antojo.
Ahora, ni de lejos, Morante tiene la fuerza que Manuel Rodríguez y Manuel Benítez, dos Manolos. Pero el público se ha decantado por el de la Puebla, a nivel popular y mediático, pero eso no significa que mande, haga y deshaga, como en los casos de los Manolos. Es otra cosa. Aquí se trata de significar que el del arte está por encima del del valor, aunque no sea por mucho. Un caso que no se había en muchos años.
Tampoco sé si tiene que ver en esto, querer estar por encima de tí, el rifirrafe, completamente light, que han mantenido, muy poco en el ruedo, los líderes José Antonio y Andrés, aunque este último ha tenido que apretar muchísimo para mantener su puesto. Lo de la competencia entre los dos sólo se vio claramente en el veto de Roca Rey a Morante en Santander y en el quite en el Puerto del peruano a un toro del sevillano que originó una discusión en el callejón e incluso una frase, no desmentida : Maestro, a fumarse un purito, que no parece ni es muy respetuosa, por la edad y por lo que representa Morante en el toreo.
Algunos quisieron ver una competencia en el ruedo, que no se produjo para nada. Más bien tuvo su cobijo en los medios informativos pero una vez más el caso quedó en el oscurantismo tan típicamente taurino. Ninguno de los dos abrió la boca para decir lo que pasaba y por qué pasaba.
Ni ningún medio informativo supo o quiso descubrirlo y contarlo. Estamos –es verdad- en un tiempo en que el periodismo ha desaparecido y dado paso a una comunicación global. No se sabe cuántos profesionales y cuántos aficionados hay trabajando en esto. Y de ahí puede venir, y vienen, los males.
En resumen, nadie sabe, salvo los protagonistas, lo ocurrido, pero sí que desde hace muchos años manda más ahora un torero de arte.