Pues llegó lo que, según muchos, tenía que llegar, el mazazo, la espantá, el petardo, la decepción, el gran palo de One Toro. Lo más grave ocurrido al toreo[i]en muchos años. A los aficionados que pagaban (especialmente a los más vulnerables), a los seguidores de diferentes países y a la misma One Toro, que seguramente no podrá rehacerse de su apagón y por la irritación de dejarles sin las ferias de Otoño de Madrid, San Miguel de Sevilla y la despedida de Ponce en su Valencia.
Ricardo Díaz-Manresa
Que ésta es otra: dejarles sin estos acontecimientos importantes, especialmente la despedida de Ponce, que verán sólo los espectadores de las plazas de Madrid y Valencia. Ni el toreo se merecía esto ni tampoco el torero con la biografía más importante de toda la Historia, que muy difícilmente será superada, pero algo le tenía que pasar además a Ponce, en esta su última temporada, rara y reprogramada menos mal y por los pelos.
Pero donde había ruina (reconocen una deuda de 12 millones de euros) ya me dirán… Tomadura enorme de pelo a los espectadores de casa y sofá después de 31 años, o más, viendo toros por televisión desde diversas partes del mundo.
Empezó el lío cuando Movistar, que echamos de menos inmediatamente, claudicó. Y cuando la graciosa empresa de Madrid la toreó en la de Otoño 2022. Cuando hubo algunas maniobras a sus espaldas y cuando no le salían las cuentas tras hacer un servicio completo, criticado o no, de mayor o menor calidad, yendo siempre a menos hasta el final. Perdían dinero y abonados.
Aparecieron como un vendaval los de One Toro, para algunos equivocados hasta en un título tan poco taurino, ofreciendo dinero soñado pensando en un número imposible de abonados viendo la experiencia de Movistar y más incómoda de ver.
Producto manifiestamente mejorable sobre todo en algunos intervinientes ante el micrófono, cambiados más de lo habitual.
Y además ahora se quejan de muchos piratas para ver gratis las corridas y de que su cénit de clientes fue de 60.000, si es verdad escaso para tantos países supuestamente seguidores.
David Casas fue expulsado de Movistar, en un comunicado muy duro, y apareció después como hombre fuerte de One Toro y con César Rincón de comentarista estrella. Pero todo se fue diluyendo, desapareciendo poco a poco.
Y en un comunicado larguísimo y muy farragoso como pocos y oscuro en algunos párrafos, la empresa, que también cambiaba de manos según pasaba el tiempo…, se hace el hara kiri y reparte culpas. Si tanto sabíais, haberlo hecho al principio.
Y parece que pide “descansar”, vamos anda, mientras el sector no se ordene y se llegue a un acuerdo global equitativo de derechos de imagen.
Pues aprendan del fútbol, un mundo egoísta pero menos que el toreo y mucho más listo.
¿Cuándo habrá otra plataforma para poder ver toros de categoría en la televisión?…Veremos si los veremos otra vez. Y que no olviden, y esto sí que es gravísimo para el toreo, que lo que no sale en la tele no existe.
¡Ay, One Toro, que mazazo y qué petardo!
