Lo que ocurrió en Madrid el 11 de mayo en la plaza de Las Ventas es de lo peor que he visto en los últimos años. Puerta grande a EMILIO DE JUSTO por una faena discutible y discutida y un casi bajonazo. Público enloquecido NPI. Presidente NPI que no vió -debe tener algún defecto en la vista- dónde cayó la espada ni supo contar pañuelos, seguramente no hizo una buena primaria ni terminó por saber las cuatro reglas.
Ricardo Díaz-Manresa
El torero premiado es lo que es: supervalorado por los caprichos de la crítica y de la masa, por lo que me niego a hacer un análisis pormenorizado de su actuación.
Pero tiene un triple mérito:
1.- Padecer una actuación horrorosa en un sanisidro ya olvidado cuando no levantaba cabeza, tarde que le valió desaparecer prácticamente del toreo unas temporadas y resucitar en Francia. Tremendo mérito.
2.- Superar su muy grave percance del Domingo de Ramos 2022 en Las Ventas y después seguir jugándosela y echándole mucho valor y entusiasmo, que de eso sí tiene a falta de otras cualidades. Tremendo mérito.
3.- Orejas y salidas a hombros en muchas plazas tras su reaparición. Tremendo mérito
Pues que disfrute de sus éxitos actuales y que le acompañen los Reyes Magos como con el regalo de Madrid con puerta no grande, sino pequeña y regalada.
Cuando Madrid alcanzó su prestigio había los siguientes premios : gran ovación con salida a los medios e incluso al centro del ruedo, vuelta al ruedo, oreja por faena buenísima y dos orejas -lo más que se daba- por faena excepcional y clamorosa (faena y espada). Comparen con lo del 11 de mayo.
Y el presidente, creo que Eutimio, debería hacer un cursillo de presidente o no volver al palco. NPI sin autoridad ni valoración de lo visto. Regalar orejas ni menos puertas grandes no.
Y la afición actual es lo que es. Bueno, afición, no. Simplemente público. Ni espectadores interesados. Sólo masa vociferante NPI. Menos mal que hay una parte que protesta, pide justicia y sabe lo que ve.
Y es lógico, ya lo dijo Ortega : si quieren ver cómo está el pueblo español asómense a una plaza de toros. El pueblo español y España son ahora un manicomio que da horror y el público de toros lógicamente otro manicomio. Nada que añadir. Se comprende todo. Esperemos que sea locura pasajera.
Me ha llamado mucha gente para preguntarme : ¿se merecía las dos orejas, fue para tanto, cómo lo viste?. Mucha gente sí o no muy aficionada pero con lógica, y vista, y cabeza, que todavía no se lo cree.
Y los representantes de la ensalada de la comunicación global dando coba, salvo algunos muy pocos, especialmente los de las televisiones a los que tacharé de muy benevolentes para ser generoso, en especial a las dos televisiones que la dieron en directo y a los dos programas especializados más vistos. Vaya tela. No doy los nombres ni lo que dijeron. ¿Para qué?
Lo verdaderamente grave, aunque sea grave, no es que sea grave, que es tremendo que lo sea, que lo fue, sino que la opinión especializada lo trate suave y falsamente y lo tape. Penoso.
De la vuelta al ruedo al toro, pues discutida también y discutible. ¿Para qué entrar?
Eso sí, que quede claro el horroroso Madrid NPI.
Y pueden seguir regalando orejas y hasta convertir este 2023 en la feria de los rabos. En esta España se acepta todo. Seguiríamos viviendo igual de mal o de bien.