Tras casi un mes ingresado tras su gravíma cogida de Las Ventas.
Gonzalo Caballero abandonó ayer el hospital San Francisco de Asís de Madrid, donde ha estado ingresado desde el pasado 12 de octubre tras la grave cornada sufrida en Las Ventas.
El diestro madrileño compareció ante los numerosos medios de comunicación acompañado por Máximo García Padrós, cirujano jefe de Las Ventas, el cirujano vascular Claudio Gandarias y Marisa de Teresa, jefa de la Unidad de Cuidados Intensivos del centro médico.
“Doy gracias a Dios y a la Virgen de poder estar aquí. Me siento muy orgulloso de la mesa en la que me encuentro. Al doctor don Máximo García Padrós le brindé el toro por la admiración que le tengo, por las veces que me ha curado, pero no sabía que en el toro que le brindé me iba a salvar la vida. Me desperté dos días después de la cogida y le doy las gracias a Dios todas las mañanas por haber aparecido en mi vida. Doctor Gandarias es usted un hombre admirable como persona y como médico no tengo nada que decir que nadie sepa. Cada paso que dé será gracias a usted. A ti, Marisa, hay una frase que lo resume todo. En la UCI me dabais casi diez patillas al día y había una cosa, tu sonrisa, que valía más que cualquier medicina. Cuando estaba amarillo e hinchado, más para allá que para acá, eso me ayudó mucho”, dijo a los presentes.
Ahora su objetivo es lograr una total recuperación para estar de nuevo en los ruedos en la campaña del año que viene: “Voy a dar todo para que el año que viene pueda reaparecer, pueda vestirme de torero. Tanto castigo debe tener su recompensa, y la mayor recompensa es sentirse admirado. Ver cómo el tendido 7 me sacaba a saludar fue maravilloso y todos los mensajes recibido me han ayudado a curarme”.