Que en la próxima Feria de Fallas de Valencia no sobra nadie es tan cierto como que faltan toreros que se merecían su inclusión. Hay dobletes que sólo se justifican por su supuesto tirón taquillero, y un mano a mano sin una rivalidad fehaciente entre los anunciados. Todo ello provoca que haya tres puestos menos que bien podrían haber ocupado diestros con sobrado interés para los aficionados.
“La de Fallas es una feria de máximos”, afirmó Rafael García Garrido en la presentación a la prensa del próximo serial fallero de Valencia. Y tenía razón, al menos en parte. Se refería el empresario a que en las combinaciones están todos los matadores del grupo especial que, según el Convenio Colectivo Nacional Taurino, son los que en la temporada anterior hayan tenido un mínimo de 37 actuaciones. En este caso son ocho: Roca Rey, Talavante, Daniel Luque, Castella, Juan Ortega, Manzanares, Borja Jiménez y Emilio de Justo. Y en las Fallas están los ocho.
También refería el director de Nautalia que tres de ellos hacían doblete: Roca Rey, Talavante y Manzanares, circunstancia que encarecía el presupuesto organizativo, y lo justificaba aludiendo a su supuesto tirón taquillero. Además señalaba que el elenco ganadero era de indudable prestigio, aunque en este tema siempre hay opiniones dispares, máxime teniendo en cuenta que en la cabaña brava hay más de mil divisas y de sangres de lo más variopintas.
Todo ello es cierto. Lo que no quita que, del mismo modo, todo sea relativo. Que estén los diestros de la categoría especial no justifica que las ternas sean las más sugestivas para los aficionados. Falta Morante, que no está incluido en ese grupo pero que tiene un aliciente fuera de toda duda, tanto o más que cualquier otro compañero. La razón, siempre según el gerente, es que el de La Puebla declinó su participación por no sentirse preparado para afrontar una cita tan importante. Teniendo en cuenta que toreará antes el 9 de marzo en Olivenza, inmediatamente después en Castellón y que se anunciará cinco tardes en Sevilla y dos en Madrid, la excusa no es demasiado convincente.
Que haya tres nombres distinguidos que repitan en un ciclo tan corto, de sólo seis corridas, puede resultar sugerente para el gran público, como es de desear, pero, tanto los dobletes como la celebración de un mano a mano de dos toreros sin rivalidad entre ellos, resta puestos para la posible inclusión de otros coletudos y relativiza el interés para los abonados.
Que los hierros sean de primer orden no significa que otros no hubieran podido añadir diversidad de encastes y, además, incrementar el atractivo, por ejemplo habiendo contratado un encierro de Santiago Domecq, triunfador absoluto el año pasado. Sobre esta cuestión se explicó que el ganadero no disponía de toros aptos para la plaza de Valencia. Desconozco si este año la divisa gaditana lidiará en otras plazas de primera categoría, y en caso afirmativo qué tipo de astados llevará a ellas. Veremos.
El de Fallas será el único serial que albergará Valencia esta temporada, ya que en Julio la plaza estará inmersa en unas reformas que paralizarán “la otra” actividad taurina de la ciudad. Así es que este año no pisarán “su casa” El Niño de las Monjas, que asombró en su alternativa el verano pasado, ni Nek Romero, la gran esperanza a quien se cuidó de novillero y ahora se le deja parado, ni Samuel Navalón, merecedor de un puesto sí o sí por trayectoria y resultados.
Tampoco harán el paseíllo Pablo Aguado, Paco Ramos, David de Miranda, Escribano, Rafaelillo… que podrían haber tenido cabida en otro tipo de festejos. ¿Hubiese dejado de ser una feria de máximos con ellos, o con Victorino, Baltasar Ibán, Cebada, Alcurrucén, Barcial, Miura, Adolfo… entre el elenco ganadero? Quizá hubiese sido más justa y, eso sí, más para aficionados. ¿Una feria de máximos? Seguro, pero todo es relativo.
