Don Ángel Peralta, “El Centauro de las Marismas”, como también se le conocía, ha sido todo, en la vida y en los ruedos.
Madrid. Juan Miguel Núñez
La muerte de Ángel Peralta -don Ángel, como se le conocía en el mundo del toro, un tratamiento de grandeza y señorío, de caballero, en la más amplia, elocuente y respetuosa definición de su personalidad-. nos entristece, por cuanto su figura ha significado y, sin duda, ha pasado a ser ya una referencia histórica para los amantes del toreo.
De un temperamento genial, fue el símbolo de la excelencia en todas las actividades que desarrolló, que fueron muchas, todas ellas alrededor del caballo y del toro; dos mundos a los que amó apasionadamente y cuyas esencias cinceló en mil proyectos, alguno de los cuales ha resultado decisivo para su evolución.
Don Ángel Peralta lo ha abarcado todo. Y con las más absoluta grandeza. Réquiem por su memoria.