Buen celofán. Magnífico celofán. Supercelofán. El celofán de Movistar el día de la presentación de los carteles de la feria de San Isidro 2019.
Ricardo Díaz-Manresa
Dos horas de transmisión en directo. Y la alegría de ver al Rey Emérito con parte de la familia taurina real, con premio muy merecido para Doña Elena (estupenda seguidora de su abuela paterna, la Condesa de Barcelona). Y la presencia de El Viti, que tanto llena con su palabra y su presencia.
Y la ausencia de él Juli, el rescatado, el ansiado, y de Roca Rey, el deseado, y de Miguel Ángel Perera y Sebastián Castella, los otros protagonistas, del minibombo, torcido al final –o retorcido- por el percance de Enrique Ponce y la llamada y petición a Julián López. Parece que a Andrés, el gran peruano de moda, le ofrecieron una cuarta tarde para no tener que hablar con El Juli, el enemigo número uno del minibombo o bombito, pero declinó.
Y los que estábamos ante el televisor no veíamos lo de la carpa y sí un sinfín de entrevistas a todo el que pasaba por allí : toreros de tres tardes en la feria, de dos y hasta de una. Toreros emergentes, presentes, salientes, crecientes y fervientes. Victoria Collantes y David Casas entrevistando sin parar ante los que no podían desvelar nada de los carteles…Una tras otra entrevista, uno tras otro entrevistado…y se olía que los carteles no iban a ser plato celestial.
Y más discursos de Simón. Y los presentadores, Elena Salamanca y José Ribagorda, con un bloc-libro macizo leyendo sin parar. Nada sin papeles. Y ella moviéndose difícilmente atrapada en una falda tipo Sissi pero de las que rodeaban y vestían a la emperatriz. Quizá peor. Que nos diga el nombre de la consejera.
Y minutos y más minutos y nada de los carteles. Y una hora de entrevistas, que parecían de relleno. Y más de una hora. Y casi hora y media. Y empezaron a caer los secretos de las combinaciones.
Escribo caer –desgarrando el gran celofán de la gala- porque Salamanca y Ribagorda decían una cosa y por la pantalla aparecía otra. No queríamos oírlos para enterarnos de algo de las combinaciones, del gran crucigrama isidril. No nos llegaba la impresión de los de la carpa, su opinión sobre si gustaban o no.
Lo que sí nos llegó fue la palabra de unos dedicados a la crítica de toros, o a contar la tauromaquia de hoy, con alguna euforia no sé si convencida, algún optimismo arrancado para no caer mal, aceptación sin más, anuncios de análisis de los carteles para más adelante cuando hubiera tiempo de estudiarlos…Y Victoria y David intentando que todo fuera alegría.
Y Federico Arnás, valiente, que añadió que podría haber un descenso del abono, visto lo visto. Y Elena pidiendo un aplauso para los carteles, que a los espectadores de televisión no llegó ruidoso.
La Comunidad no dijo nada de los carteles. Le parecerían buenos cundo los ha aprobado.
Total, que el gran celofán de la gala ya era historia, que estuvimos esperando mucho, muchísimo, para saber las combinaciones y que quizá esa espera ayudara a algunos a perder un poquito más de ilusión.
Mucho celofán y poco relleno el interior.
Y nos quedamos sin saber si el crucigrama 2019 era malo, bueno, regular o estupendo.
Nada de opinión, mucha descripción.