La eterna solidaridad taurina ha vuelto a hacerse presente en Valencia entre el lodo que vertió la riada del 29 de octubre. Donaciones de todo tipo, organización de festivales benéficos y trabajo, mucho trabajo de cientos de voluntarios taurinos sobre el barro. Entre las acciones más curiosas que deja la desgracia, la que protagonizan El Capea y Pilar Tizón.
Ha vuelto a suceder. Una vez más el mundo de los toros ha hecho gala de su solidaridad. Como cada vez que ocurrió una desgracia, el sector taurino se ha hecho presente para apoyar a los damnificados sin importar sus filias o fobias. La riada ocasionada por la DANA en Valencia el 29 de octubre, ha supuesto un nuevo ejemplo de adhesión a los afectados.
Se multiplica el número de empresarios que proponen la organización de festivales para ayudar económicamente a los perjudicados, incluso alguno ha anunciado una donación directa. Muchos ganaderos ya han hecho saber que ofrecerán astados para esos festejos. Las asociaciones de profesionales se han preocupado por sus afiliados, haciéndoles llegar atenciones de todo tipo. Y los toreros, de todos los escalafones y categorías, además de dar un paso adelante para torear desinteresadamente por la causa, se han hecho presentes sobre el barro de las poblaciones inundadas para trabajar en la retirada de lodo y miseria.
Sería injusto intentar hacer una relación de los matadores, novilleros, becerristas y subalternos que han pisado el fango con sus escobas, cepillos, cubos y capazos. Han sido tantos que sería imposible no dejarse alguno fuera de la lista. Sin el auxilio de todos y cada uno de los voluntarios que han pateado las calles mugrientas y malolientes que el lodazal anegó, hubiese costado meses salir de esta situación de inmundicia y penuria. No hay palabras para demostrar el agradecimiento que sentimos quienes vivimos en tierras inundadas.
Hay centenares de casos y anécdotas protagonizadas por colaboradores taurinos llegados desde toda España, y otros que los han efectuado desde su lugar de origen. Uno de ellos, tremendamente llamativo, tiene que ver con la foto que ilustraba mi último artículo publicado en Avance Taurino titulado “Y, en medio del caos, el toreo”. La imagen fue tomada por Moisés Castell, amigo y socio en el periódico local “La Veu d’Algemesí”, y en ella se podía ver a Javier y Blai, dos niños jugando a toros mientras la inocencia infantil les protege del drama que les rodea. La instantánea se hizo viral de inmediato y pronto llegó a la vista de Pedro Gutiérrez “El Capea” y de Pilar Tizón.
Desde Salamanca, el matador de toros ahora metido en labores ganaderas junto a su padre, inició la búsqueda de los dos chiquillos a través de las redes sociales con la intención de enseñarles la finca en cuanto fuese posible y “darles una alegría”. Facilitarle los contactos fue tarea sencilla para que El Capea les trasladase personalmente la invitación, y vaya si se llevaron una alegría.
Pero la felicidad de los chavales fue en aumento cuando, desde Talavera de la Reina, la sastre taurina Pilar Tizón se ofrecía para vestirles de corto y que acudiesen a la ganadería perfectamente ataviados. Es más, se brindó a reponer las prendas que pudiesen tener dañadas por el agua los toreros de Algemesí. “Somos una empresa modesta, pero es lo mínimo que puedo hacer y lo realizaré con gusto”, afirmaba Pilar.
Hay muchas maneras de ser solidarios y el mundo taurino ha dado buena fe de ello a lo largo de la historia. El ejemplo ha vuelto a cundir por culpa de la maldita DANA que arrasó parte de algunas comarcas valencianas pero que no conseguirá acabar con el buen corazón de las personas.