Tomás Rufo resultó ser el triunfador de la tarde tras cortar tres orejas; gravísima cornada para Manuel Perera, que cortó una oreja, al igual que Antonio Grande.
Vistalegre, 17 de mayo.
Quinta de feria. Alrededor de mil personas en los tendidos.
Novillos de “El Freixo” de buena presentación y excelente comportamiento.
Antonio Grande, oreja, palmas y palmas.
Tomás Rufo, oreja y dos orejas.
Manuel Perera, oreja. Fue cogido al enrar a matar, sufriendo una gravísima cornada en la barriga con dos trayectoria, una de 30 cms. que desgarra musculatura de pared abdominal; otro trayecto hacia arriba y adentro que penetra en cavidad peritoneal con evisceración de asas intestinales y arrancamiento de epiplón alcanzando una extensión de 40 cm. Tras ser intervenido quirúrgicamente se le traslada a Hospital Nuestra Señora del Rosario con pronòstico muy grave.
Miguel Ángel Herráiz
Foto: Andrew Moore
Disposición, intensidad, hambre de triunfo, derroche de valor, ganas, sueños. Querer es poder. Lo quiero y ya. No importa el precio. Los tres novilleros estaban en ello. Manuel Perera contribuyó con tal intensidad que pudo costarle muy caro. Así se vió en el Palacio de Vista Alegre. Sus compañeros brindaron por él.
El ser tercero en el cartel no significa estar más apartado de la posibilidad de tocar la gloria. Su motivación llevó a Manuel Perera a colocarse frente a la puerta de chiqueros y recibir con vehemencia por saltilleras con el capote a la espalda y los pies juntos, subir los brazos en el momento del embroque y dar airosa salida al astado. Prosiguió por tafalleras y comenzó muleteando de rodillas con la muleta baja. Corrió la mano, dio profundidad al pase y llevó al novillo absorto en la pañosa. En el momento de matar fue corneado.
Salir al albero después del percance y con el público conmovido no es fácil. Antonio Grande saludó de rodillas a su primero y continúo de igual manera entregado con la muleta. Superó el trance ligando con calidad por el derecho y con circulares de buena ejecución.
Destacó por chicuelinas Tomás Rufo que aprovechó la humillación de su primero de El Freixo para lucirse muleteando por circulares con la izquierda prodigando temple y relajo. No escatimó pasión y verdad en su comparecencia.