Ha terminado la campaña con sólo diez festejos sumados pero su nombre, sin embargo, es uno de los que suena y aparece al hacer balance de la campaña. No es para menos, puesto que ha sido uno de las grandes destacados en dos plazas de primera, Valencia y Las Ventas.
La temporada de 2016 se inició bajo el lema de la renovación y con el objetivo de ir dando paso en los carteles a los nuevos valores que venían lanzados desde el escalafón novilleril. Y así sucedió. Pero, a lo largo de la misma, también han ido surgiendo otros nombres que, a la hora de balances y resúmenes, aparecen subrayados. Uno de ellos es el de Román, el torero valenciano que tras un año prácticamente en blanco ha sido tenido como triunfador en Valencia y uno de los más sobresalientes en una plaza tan complicada como importante: Las Ventas, donde hizo tres veces el paseíllo y de la que siempre salió más que airoso, cumpliendo un ejercicio que le debe permitir dar un paso al frente en 2017.
– Una temporada la que ahora finaliza para estar contento, claro.
– Sí, sí, claro, ha sido una temporada en la que han salido las cosas bien y aunque sólo han sido diez corridas la verdad es que han sido en plazas importantes y todo ha ido muy bien. Y aunque es verdad que siempre se busca mucho más, estoy muy contento de cómo ha salido todo en esta temporada. ¿Que qué nota le pondría a esta campaña? Yo le pondría un 7, bueno un 7,5 mejor.
– Y, sin embargo, allá por marzo, cuando arrancaba la campaña, tan sólo tenías un único contrato, para torear en fallas.
– Sólo tenía esa corrida… y nada más. No había más contratos. Todo iba a depender de cómo saliesen las cosas ahí y, bueno, gracias a Dios las cosas salieron bien.
– Una corrida aquella del 16 de marzo, de claro tinte local, en la que ibas un poco como telonero, junto a Jesús Duque, de El Soro.
– Totalmente, era una corrida de valencianos en la que el principal aliciente de aquel cartel era El Soro, era el reclamo de aquella tarde. Nosotros íbamos un poco como relleno.
– La gente se suponía que iba a ver al torero de Foyos pero de quien salió hablando fue de Román.
– Afortunadamente fue así. Pero no fue fácil. Pude cortar una oreja del primero pero pinché, pude haber incluso haber salido a hombros. Pero lo importante es que la gente vio a Román y se pudo ver a un torero con ganas y al que no le había afectado estar un año sin torear.
– Luego, otra prueba de fuego: la confirmación en Madrid, con Ponce de testigo y una nada fácil corrida de Puerto de San Lorenzo.
– Así es, era una tarde muy importante. El primer toro se lastimó una mano pero yo sabía que tenía otra oportunidad y que había que aprovecharla y demostrar todo lo que llevo y todo de lo que soy capaz. Y creo que lo logré. También pinché, pude haber cortado una oreja pero, con todo, fue una tarde muy importante.
– ¿Qué te dijo Ponce aquel día?
– Pues no lo recuerdo muy bien, llevaba tantas cosas en la cabeza… pero que me deseaba toda la suerte del mundo, que era un honor para él el poder ser el padrino de mi confirmación y que ojalá pudiéramos coincidir muchas tardes. Estuvo muy cariñoso y pendiente siempre de mí.
– Madrid ha sido clave en tu temporada. Porque tras el buen sabor de boca que dejaste el día de la confirmación, te anuncian para uno de los días grandes de la capital, el 15 de agosto, fecha tradicionalmente importante en el calendario taurino y que significa mucho.
– Otra tarde clave. Fue una tarde un poco rara, me dejó un sabor agridulce. Había poca gente, comparado claro con cómo estaba la plaza el día de la confirmación. Luego mi primer toro tuvo muchas teclas y acerté a resolver las dificultades, fue un toro importante y creo que mi actuación también lo fue. Quizá si hubiese habido más gente hubiese tenido mas eco… Luego el otro toro se paró enseguida y no tuve ninguna opción.
– Y todavía harías el paseíllo una tercera vez en el coso venteño. En la Feria de Otoño, y otra vez la gente sale hablando de Román.
– Y ahí se demuestra que el mejor apoderado de un torero es el mismo torero, porque esa tercera actuación en Las Ventas me la gané por cómo estuve en agosto. Fue una tarde yo creo que decisiva por que iba a marcar lo que suceda el año que viene. Yo, desde luego, lo dí todo. Habría cosas que saldrían mejor, otras peor, pero de lo que no cabe ninguna duda es de que dejé claro que iba a por todas. Y con una corrida de Fuente Ymbro dura, que no regaló nada.
– Pero antes, Valencia también te vio salir a hombros. La faena a “Fusilero”, el ya famoso sobrero de Luis Algarra, te sirvió para demostrar muchas cosas.
– Esa tarde fue muy importante. Iba toreando, iban pasando cosas pero no acababa de llegar ese triunfo sonado, esa faena redonda, hasta que salió ese sobrero de Algarra y lo pude conseguir. Disfruté muchísimo toreando y disfruté mucho de aquel triunfo. Lo que son las cosas, yo había aceptado matar una corrida de Cuadri y tuvo que salir ese toro de Algarra para que triunfase, pero la vida son circunstancias y hay que aprovecharlas.
– Valencia-Madrid. Esta podría ser la columna vertebral de tu ejercicio, pero también hubo otras plazas y otros triunfos. Almería, por ejemplo, donde te mediste por primera vez a toros de Victorino Martín y donde volviste a dar una gran dimensión.
– Yo creo que la de Almería fue mi actuación más completa de la temporada. Era la primera corrida de Victorino que mataba y la primera vez que actuaba en Almería y creo que salió todo muy bien, fue todo muy bonito y pienso que mi tarde más redonda, en la que mejor estuve.
– Otra plaza de segunda en a que se vio a un torero notable fue Teruel.
– Allí sólo maté un toro, era la corrida que llamaron “de la oportunidad”, con otros cinco compañeros y a un toro para cada uno. Tuve la mala suerte de que el toro que me correspondió, de Daniel Ramos, no humilló y me costó todo mucho pero ya se veía que podía resolver.
– Y, además, Bocairente, Utiel Riaza. Éxito en las tres.
– Bocairente fue al principio de la temporada y las otras ya al final. Pero lo importante, aunque en las tres hubo triunfo, es que se veía que ya pasaba algo, que ya iban pasando cosas…
– En Utiel, además, te llevaste el premio al triunfador de la feria.
– Allí me dieron varios premios pero sobre todo me quedo con el calor de la gente. Cuando toreas en plazas valencianas es más fácil que vayan a verte tus amigos, tu gente, y eso es muy importante.
– ¿Qué pasa por la cabeza de un torero cuando, tras un año con un apoderado de campanillas, al siguiente se te condena al ostracismo?
– No entiendes nada, no sabes qué ha pasado… De repente un torero que estaba toreando bastante, que toma la alternativa en Nimes y al año siguiente se queda parado… no entendía nada… Pero, la verdad es que también te das cuenta de lo dura que es esta profesión. Y luego de que te hacía falta un palo así, que a lo mejor hacía falta que paseas algo así para darte cuenta de cual es la realidad.
– ¿En qué ha cambiado Román del torero de 2014, al que sólo dan una corrida en 2015, al de este año?
– Sobre todo en la forma de interpretar la profesión, en la manera de ver el toreo. He madurado, creo que he ganado en sentido de la responsabilidad.
– Gerardo Roa ha sido clave, pero hay más nombres que añadir a la lista de agradecimientos.
– Gerardo me ha ayudado muchísimo y ha hecho mucho por mí este año, pero, sí también tengo que agradecer el trabajo que ha hecho conmigo Manolo Sánchez, a mis compañeros Paco Ureña y Joaquín Galdós, a Toñete… a la gente que me rodea y que, gracias a Dios, al final han hecho posible que sigamos ahí.
– ¿Qué planes hay para la temporada que viene?
– Me gustaría ir todavía a matar alguna corrida América, pero ya veremos. Luego, el año que viene, la idea es empezar en Valencia, en fallas, y después ir a Madrid y a partir de ahí, pues lo que salga, en principio no estaría mal el poder doblar el número de actuaciones, si este año he matado diez corridas, el que viene veinte (se ríe).
– Y, mientras, entrenar y pensar.
– Ahora ando medio de vacaciones, pero la semana que viene ya empiezo otra vez a entrenar, a hacer campo… este año seguiré estando en Guadalajara, que es mi centro de operaciones.