Dio una vuelta al ruedo, al igual que Barroso.
Sevilla, 5 de mayo.
Decimosexta de abono.
Novillos de Julio de la Puerta, de buen juego.
Tristán Barroso, silencio y vuelta al ruedo.
Samuel Navalón, ovación y vuelta al ruedo.
Mariscal Ruíz, ovación y silencio.
Pepe Ruciero
Foto: Toromedia
Con una entrada de media plaza dio comienzo la serie de novilladas que la empresa Pagés incluye dentro del abono sevillano. Los novillos de Julio de la Puerta fueron nobles y dieron un juego excelente, los lidiados en segundo, cuarto y quinto lugar.
Tristán Barroso recibió a su primero con una larga afarolada, lanceando sin lucimiento. Tras un quite por chicuelinas y una larga con gusto puso de nuevo al flojito novillo en suerte, le replicó Navallón por gaoneras. El madrileño brindó al respetable e inició su faena sobre la diestra por bajo con pases genuflexos. Le puso empeño Tristán con series sobre ambas manos, pero ante la sosa embestida de su novillo, que salía defendiéndose con la cara alta, la faena no alcanzó alturas mayores. Finalizó por bernadinas. Mató de estocada entera. A su segundo lo recibió en la puerta de chiqueros donde lo lanceó muy decidido. Dejó un quite por gaoneras y Navallón le replicó por delantales y dos medías con aromas. Comenzó de rodillas su faena con dos pases cambiados por la espalda. Ejecutó muletazos de largo trazo ante la buena embestida del novillo que entraba con transmisión y recorrido. Sobre la izquierda dejó momentos importantes con cadencia y torería, de nuevo sobre la diestra se gustó con muletazos con temple y mano baja. Mató de media y dio una merecida vuelta al ruedo.
Lanceó con prestancia el valenciano Samuel Navalón a su primero. Brindó al público y de rodillas citó a su novillo enjaretando una tanda muy aplaudida y arrancando la banda del maestro Tejera con el pasodoble Juncal de fondo. Bajó la mano Navalón a este novillo con recorrido, dejó momentos de cadencia y torería con muletazos de largo trazo. El buen novillo acompañó el final de faena por bernadinas. Pinchó a espadas perdiendo la posibilidad de haber paseado una oreja. Con su segundo y en los medios formalizó una faena ante otro excelente novillo, toreándolo con muletazos hasta el final, sobre la izquierda dejó momentos de hondura y belleza. De nuevo una tanda sobre la diestra ,que arrancó los aplausos del público, en donde no perdió la ligazón. Los finales en las distancias cortas y las bernadinas estructuraron una faena de altas cotas. No estuvo acertado con la espada y dio una vuelta al ruedo.
El sevillano Mariscal Ruiz no se acopló con su primero, que acusaba alguna lesión, siendo protestado por el público. Banderilleó Mariscal con soltura con tres pares que calaron en los tendidos. Citó por alto en los comienzos de su faena; al de Julio de la Puerta le costaba pasar, el noble novillo ofrecía una embestida complicada para el acople del novillero. Por el izquierdo se le quedaba corto y de nuevo con la diestra volvió a insistir. Mató de efectiva estocada. A su segundo Mariscal Ruiz también le banderilleó con vistosidad. Basó la tarde sobre la mano izquierda. Estuvo firme y con buena disposición, aunque el noble novillo se agarraba al piso y no trasmitía emoción a los tendidos. Mató de una estocada.