Oreja de ley ante una imprtante corrida de El Pilar.
Las Ventas, 10 de mayo-
Tercera de abono.
Algo más de un tercio de entrada.
Toros de El Pilar, encastados y con transmisión.
Javier Cortés, oreja y silencio.
Tomás Campos, silencio y silencio.
Fco. José Espada, ovación y silencio tras dos avisos.
Miguel Ángel Herráiz
Foto: Plaza 1
Corrida de la Feria de San Isidro con ganado de El Pilar que tuvo buena presencia, permitió cortar oreja a Javier Cortés, que tuvo el mejor toro de la tarde, torear con arrimón a Francisco José Espada e intentar justificarse a Tomás Campos. Dos toros fueron aplaudidos en el arrastre. Se escucharon múltiples avisos. Aún así resultó entretenido el festejo del que se esperaba más pero la entrega y ganas de Javier y Francisco José justificaron la asistencia al evento.
Muy decidido estuvo en su primero Javier Cortés al que toreó por ambos pitones dándolo todo en una faena que enseguida fue a más. Presentó la muleta con la derecha acoplándose desde la primera tanda y destacó en series largas por ese pitón practicando un toreo de reunión, ligazón, engaño bajo, buen correr de mano, profundidad, hasta allí donde llegaba el brazo completamente estirado, acompañamiento de cintura y remate con el de pecho. Varias fueron las de calidad por ese pitón. Con la izquierda tardeó algo, aunque se la dejó puesta, pero también tuvieron calidad. Se tiró a matar arriba yéndose detrás de la espada. Tardó en caer y escuchó un aviso. Cortó una oreja ganada a pulso. Su segundo en el capoté se quedó muy cerca y no le permitió lucirse. Brindó al público. Lo esperó junto a los medios, citó de lejos e inició por arriba con lentitud y suavidad. Ligó por la izquierda con series cortas y remate de trincherilla. Se empezó a parar el toro, a soltar algo la cara y la faena fue a menos sin poder redondear. Mató de tres pinchazos, estocada y descabello. Escuchó un aviso.
Tomás Campos tuvo un primero bien presentado aunque llevó la cara alta. No fue un toro claro. Lo intentó por ambos pitones y a punto estuvo de ser cogido por el derecho. Por el otro pitó mejoró algo pero empezó a levantar la cara, a no permitir ligazón y a mostrarse irregular. El público se decantó por el astado. Mató de estocada caída y descabello. Silencio. El toro fue aplaudido en el arrastre. Su segundo solo permitió bregar con el capote sin posibilidad de estirarse. Con la muleta empezó por el derecho de rodillas y con discontinuidad por parte del astado. Por el otro pitón y a media altura metió bien la cara, sin transmisión y terminó punteando la muleta. Mató de pinchazo y estocada caída. Aviso y silencio.
Francisco José Espada citó semigenuflexo en la probatura con la muleta ganándole terreno y llevándolo al tercio. En la siguiente serie dio tres muletazos y el toro ya quería huir a los medios. Insistió con la derecha y consiguió, dejándosela puesta, fijarlo, encelarlo y ligarlo mientras sonaban los aplausos. Continuó en el centro del albero y dio series con ambas manos aguantando mucho, cerca de los pitones y sin moverse ligando cuando se pudo y de a uno pero con quietud. Instrumentó una serie por manoletinas de escalofrío. A la hora de la verdad se echó encima, metió la mano y se encontró con los pitones. No pudo pasar. Consiguió una estocada. Aviso y aplausos. Brindó su segundo al público. Tardeó algo en la muleta. En el tercio con la derecha y a media altura los ligó perdiendo algún paso para dar continuidad en dos series sin celo por parte del toro. Terminó junto a la raya de picadores arrimándose mucho y atropellando la razón aunque afortunadamente sin consecuencias para el torero. Mató de estocada. Estuvo desafortunado con el verduguillo. Escuchó dos avisos. Silencio.