El ganadero salmantino Guillermo Marín Pérez-Tabernero falleció ayer en Salamanca, a los 76 años de edad, tras una larga enfermedad.
Perteneciente a una de las ganaderías más emblemáticas del campo charro, dirigió desde hacía casi medio siglo la vacada y el hierro de Mercedes Pérez-Tabernero Montalvo, que actualmente gestiona su hijo; una ganadería cuyo origen arranca en 1956, cuando Juan María Pérez-Tabernero retiró la parte que le correspondía de la de su madre, María Montalvo, adoptando nuevo hierro y la denominación de Sierragrande, que en 1965 fue vendida a Guillermo Marín, que lo anunció a nombre de su esposa, Mercedes Pérez-Tabernero Montalvo, agregándole las reses que le correspondieron procedentes de la ganadería de Antonio Pérez de San Fernando y eliminando lo demás.