Lo tenían decidido. Las monjitas al tendido.
Fue una de las notas sobresalientes de tercera de Fallas, En ésta ocasión la única novillada del ciclo.
Abrió plaza Jordi Pérez, apodado El Niño de las Monjas, quien hace un par de años, a causa de la pandemia no pudo hacerlo en las Fallas de 2020.
Pero lo hizo ayer, arropándole un grupo de monjitas que se mostraron muy entusiastas con el debutante, sobre todo cuando al final del festejo se lo llevaron en volandas por la puerta grande. Una oreja en el primero y otra en el cuarto propiciaron la salida en hombros del coso valenciano.
Otro novillero que pudo hacerlo fue el toledano Álvaro Alarcón, pero el torero no puede estar peor dirigido. Tras cortar un apéndice del segundo, cuando tenía en el quinto otra opción de premio. Prolongó su labor hasta aburrir a las ovejas. El público cansado y aburrido no se manifestó con los pañuelos, por lo que tras una tibia petición se limitó a dar la vuelta al redondel. Qué puerta grande más lastimosamente perdida, pero así son algunas personas, que se atreven a aconsejar y dirigir a ciertos novilleros.
Por ultimo, no quiero que nadie piense que tengo algo en contra de la banda de música. Ayer todo fueron aciertos. No se puede mejorar la interpretación de algunas piezas como los pasodobles dedicados a El Soro y a Tercio de Quites.
Desde el palco del cielo el siempre recordado Paco Ibañez Piris, debió encontrarse en la gloria y nunca mejor dicho.