Tanto arraigo tuvo el menor de los Gallo en Valencia que destacadas personalidades de la cultura y vida social de la ciudad del Turia fundaron una peña con el torero de Gelves como santo y seña.

Paco Delgado
Fue José Gómez Ortega torero asiduo de la plaza de Valencia y a lo largo de su carrera actuó en la misma -desde que, con catorce años, se presentase en el coso de la calle Játiva enrolado en la famosa Cuadrilla de Niños Sevillanos, que capitaneaba junto a José Gárate “Limeño”, el 5 de mayo de 1910- nada menos que en sesenta y dos festejos, siendo el coliseo de Monleón uno de los últimos en los que toreó antes de acudir a Talavera a enfrentarse a su destino.
Tanto arraigo tuvo en Valencia que se fundó una peña para él: “El Gallinero”. Tuvo su primer domicilio en la plaza de la Pelota (hoy Mariano Benlliure) en los altos de una cervecería denominada “El León de Oro”, desaparecida en 1947 para ceder sus dependencias al Círculo de Bellas Artes. El primer organizador de los trámites para constituir la Peña fue don Juan Romero, padre de Antonio Romero y amigo de Rafael El Gallo, siendo el primer presidente Genaro Palau, profesor de la Escuela de Bellas Artes de San Carlos. Era pintor de paisajes y de carteles taurinos, realizando alguno con el torero sevillano como principal motivo.
Después la peña se trasladó a una nueva sede en la calle Alfredo Calderón (hoy Correos), donde vivió su etapa más importante y activa. Entre 1914 y 1918 organizaba festivales nocturnos de éxito en varios de los cuales participó desinteresadamente Joselito.
El 7 de octubre de 1917 la peña organizó un gran festival en el que actuaron Rafael El Gallo, Paco Madrid, Joselito (una de las pocas veces que uso este nombre en un cartel taurino), José Garate “Limeño”, Félix Moreno y Ángel Fernández “Angelete”. El 4 de julio de 1918 se celebró otro festival con novillos de Antonio Flores para Joselito, Julián Sainz “Saleri II”, Diego Mezquiarán “Fortuna”, José Flores “Camará”, Ricardo Anlló “Nacional” y Antonio Calvache. El cartel anunciador fue encargado a Roberto Domingo, lo que da una idea de la capacidad económica de la peña.
La peña El Gallinero ya había montado antes otro festejo, el 17 de octubre de 1912, en el que torearon juntos en Valencia los tres hermanos con el alias Gallito. Realmente fue un mano a mano entre Rafael y José, que eran los que habían tomado la alternativa en España. Rafael se anunció como Gallito, José como Gallito III y su hermano Fernando, que actuó como sobresaliente, aparecía en el cartel como Gallito II. Esto puede considerarse también una imposición de Joselito pues la alternativa de su hermano Fernando no estaba reconocida en España y por ello no podía figurar de matador de toros en el cartel, aunque fuera de sobresaliente.
También hay que destacar en la carrera de Joselito la importancia que tuvo en la misma la presencia y consejos de otro valenciano, Enrique Belenguer “Blanquet”, uno de los más destacados banderilleros que ha dado esta tierra y que fue su hombre de confianza. De él que se cuenta la anécdota que toreando un día en Madrid, Gallito le preguntó, cuando aquél se disponía a banderillear, que dónde le ponía el toro, a lo que le contestó el valenciano: “donde usted lo ponga maestro bien puesto estará”.
Blanquet solía acompañar a su matador y muchas veces, como cuando viajaban a Valencia, lo hacía con él al margen de la cuadrilla. Una deferencia que tuvo muchas veces Gallito con este gran torero de plata con el que también toreó en un festival a beneficio de la Mutualidad Obrera Valenciana de los empleados de tranvías, que se celebró la víspera de la corrida de toros en la que Joselito, el 18 de octubre de 1914, se anunció en Valencia como único espada.
En aquel festival, en el que actuaron obreros como matadores y participaron novilleros y banderilleros profesionales de la tierra como parte de las cuadrillas, Joselito y Blanquet banderillearon cada uno un becerro. También en aquella función actuó una especie de don Tancredo y un por entonces incipiente Rafael Dutrús, quien llegaría ser uno de los grandes del toreo cómico y que lidió y estoqueó al quinto becerro de la tarde y que brindó, precisamente, a Gallito.







