Domingo 16 de marzo de 2025. Plaza de toros de Valencia. Dos tercios de entrada en mañana lluviosa al comienzo, luego lució el sol y regresó la lluvia al final del festejo. Toros de Fermín Bohórquez, bien presentados, con cuajo ilustre, y que resultaron en general excelentes para el rejoneo, salvo el quinto. Nobles, repetidores y con fijeza. Rui Fernandes, saludos y vuelta. Diego Ventura, saludos y oreja. Lea Vicens, saludos y vuelta.
Presidió Pedro Valero. Pesos de los toros por orden de lidia: 546,581, 575 563, 570 y 545 kilos.
Enrique Amat, Valencia
Tras la tempestad del día anterior, no climatológica sino taurina, con esa catarata de emociones, que sobre todo estuvo a cargo del pasional y volcánico Roca Rey y la bravura de los toros de Victoriano del Río, uno pasó la resaca de tantas emociones por la mañana en la corrida de rejones. Un festejo celebrado con un clima amenazante de lluvia, aunque luego lució el sol, y con una notable asistencia de espectadores.
Los toros de Fermín Bohórquez , bien presentado, y con cuajo y lustre, dieron un buen juego en general.
Muy noble el lustroso primero, que tuvo tanta templanza como obediencia. No dejó de perseguir a las cabalgaduras, pero sin acosarlas ni acometerlas. Al Tran-Tran, dejando estar y siendo más que colaborador con el jinete. El también lustroso segundo tuvo muchísima clase y calidad y, al igual que su hermano, persiguió las cabalgaduras con nobleza y templanza. Asimismo, sobrado de romana el tercero, que tuvo el defecto de salirse suelto de los embroques de salida, si bien luego metió la cara en el capote del auxiliador humillando muchísimo. Tuvo fijeza y se vino a las cabalgaduras, aunque algo escaso de gas. Alto y grandón el cuarto, que tuvo la gran virtud de un galope sostenido, su prontitud y el estar siempre pendiente del caballo. Eso sí, claudicó al final de la faena.
En el son de sus hermanos el quinto, más abrochado de cuerna. Más atrancado, le costó romper, y muy agarrado al piso, resultó deslucido. Y alto y con mucho morrillo el cierra plaza, templadito, noble y dejando llegar.
Rui Fernandes colocó un rejón de muerte a su primero, al que banderilleó con facilidad, y sobre todo, sobresaliendo en el galope a dos pistas y toreando con la grupa. Clavó los hierros arriba, pero falto de reunión. Con Mistral sobresalió en los requiebros en la cara del toro. Mató de un pinchazo de un rejón trasero y perpendicular.
Y a su segundo le quiso volver a colocar dos rejones de castigo. Al final, con buen criterio, renunció a poner el segundo. Con Negativo y Olimpo dejó llegar mucho al toro, que lo permitía por su tranco sostenido. Y clavó eso sí, sin demasiado ajuste. Lo más reunido, fueron tres de las cortas. Pero en su labor abusó de galopar y galopar y galopar por la plaza, mientras el toro esperaba que el caballo se hiciese presente. Mató de un rejonazo defectuoso, pero de efectos fulminantes.
Diego Ventura, también colocó un rejón de muerte a su primero, al que luego lobanderilleó con una aplastante autoridad, con un poderío inmenso. Embrocó en la cara del toro por derecho siempre, quebrando entre los pitones, y clavando reunido y arriba. Puso también las rosas en una moneda y abrochó haciendo el teléfono. Remató de un rejonazo arriba a lomos de Brillante. Luego tuvo que bajar a descabellar, lo que hizo al tercer intento, después de firmar con la muleta dos molinetes de gran sabor a añejo.
Tras colocar un rejón de muerte al quinto, le costó por momentos poner la primera farpa con varias pasadas en falso. Pero luego ya se lució en los balanceos y en el tierra tierra. Dejó llegar mucho, quebró en un palmo de terreno y clavó siempre reunido y arriba. Tres de las cortas al violín tuvieron importancia, así como las dos rosas con las que remató el trabajo. Tuvo que llegar mucho al toro en todo momento, ya que éste estaba muy aplomado y no se movía. Todo lo hizo el rejoneador. Mérito, poderío y autoridad de nuevo. Mató de un rejón de castigo con el refrendo de un descabello pie a tierra.
Lea Vicens, se mostró errática al colocar dos rejones de castigo a lomos de Numerario. Luego tuvo una actuación voluntariosa y vistosa, aunque no terminó de tomar excesivo vuelo, pero fue del agrado de la concurrencia. Mató un pinchazo y un rejonazo muy trasero.
Colocó un único rejón de castigo al sexto, frente al que luego cabalgando a dos pistas por los adentros, dejándole llegar mucho. Más entonada, firmó una faena de buen nivel. Aprovechando la calidad de su antagonista, también hizo requiebros y balanceos en la cara del toro. Y colocó las banderillas en una moneda, arriba y muy reunidas. Remató su labor montando a Espontáneo con un pinchazo y un rejonazo.