El madrileño estuvo firme y con arrojo; toreó el francés al cuarto, la excepción de una descastada y sin opciones corrida de Victoriano del Río.
Madrid, viernes 1 de junio 2018. 25ª Feria de San Isidro. Lleno de No hay Billetes.
Toros de Victoriano del Río/Toros de Cortés, correctos de presencia, desrazado el primero pitado en el arrastre; manso, rajado y pitado en el arrastre el segundo; el tercero tuvo movilidad y emoción aunque se apagó pronto; con repetición, fijeza, y humillación el cuarto; descastado el quinto, sin opciones el sexto, pitado en el arrastre.
Sebastián Castella (Sangre de toro y oro), silencio y ovación con saludos.
José María Manzanares (Sangre de toro y oro), silencio en ambos.
Cayetano (Azul Noche y oro), oreja con protestas y ovación con saludos.
Paloma Moreno.
Volvía Castella a Madrid después de su polémica Puerta Grande del miércoles aún con el puntazo en el pie muy reciente. Saludó al primero a la verónica, empleándose en varas en los dos encuentros. Firmó un quite por chicuelinas el francés antes de que el astado se moviera con ritmo en banderillas y destacará Chacón en el último par. En la muleta se fue parando prontito, embestía a media altura y a la defensiva, faltándole transmisión. Castella no acusó su lesión y aunque lo intentó fue en balde. A la tercera dejó una estocada casi entera y fue silenciado después de sonar un aviso. Castella recibió al cuarto, de Victoriano, que se empleó en el peto aunque sin exceso. Desentendido después, esperó y se lució en banderillas la cuadrilla. Brindó a los tendidos y se quedó en los medios el francés, firmó una primera serie que caló en el público. Repetía el de Victoriano respondiendo a los muletazos de Castella, con fijeza y transmisión. Sublime uno en redondo que se gustó. Al natural toreó despacio y templado. Arriesgó el francés a medida que iba perdiendo fuelle el astado, que antes tuvo repetición y humilaba, pero le fue exprimiendo Castella en terrenos comprometidos. Pinchó, sonó un aviso y dejó otro pinchazo hondo. Saludó una ovación desde el tercio en su despedida de la feria.
Lucido recibo capotero de Manzanares al segundo, que rehuyó del caballo al primer instante y manseó hacia el que guardaba la puerta donde recibió el segundo puyazo. En la muleta tiró de él el alicantino, embestía con fijeza y y repitiendo en las telas aunque algo flojito, se rajó pronto y salía huyendo de ellas. Con una estocada casi entera concluyó su faena. El quinto salió con brío, derribó al picador rompiéndole la vara y no hubo que lamentar consecuencias. No se empleó demasiado en el segundo encuentro y esperó en banderillas. En la muleta embistió sin raza ni transmisión a los vuelos de Manzanares. Hubo algún muletazo en una faena que no tuvo eco ni opciones para lucimiento. Con una estocada terminó su actuación y así, su paso por San Isidro.
El tercero tuvo el hierro de Cortés y se movió en los primeros tercios. Se empleó en el caballo y en banderillas respondió franco. Brindó al público y comenzó de forma muy torera, sentado en el estribo y firmó una primera serie muy asentado, respondiendo por abajo el animal. Repetía hasta que se fue apagando pero Cayetano se mostró solvente y fue intentando exprimir al astado. Terminó con una gran estocada y aunque el presidente le concedió un trofeo, hubo división de opiniones en el público y Cayetano esperó para recoger la oreja. Gesto del torero. Otra oreja con polémica en esta feria. A la puerta de chiqueros se fue a recibir al sexto, con media puerta grande en su mano. Salió éste suelto en los primeros compases y con chicuelinas al paso lo colocó con mucha torería en el caballo, donde el puyazo cayó trasero. Buscando el lucimiento y triunfo, Cayetano firmó un quite con el capote a la espalda y por verónicas, llegando a los tendidos. Buen lidiador y gran lidia de Iván García. De rodillas comenzó la faena de muleta, con arrogancia y gran disposición, saliendo algo suelto el sexto. Le faltó motor, se lo llevó a los medios Cayetano aunque no mostró transmisión y salía huyendo de las series. Lo intentó El diestro sin opciones esfumándose el posible triunfo. Se tiró a matar y dejó una buena estocada. La afición lo sacó a saludar una ovación Tras una petición mínima de oreja, agradeciendo su disposición y entrega.