Hace unos, días ese grandioso programa de TV, dirigido de forma impecable por Federico Arnás, que se emite los sábados a las dos de la tarde, dedicó una buena parte de su contenido a la figura de Enrique Bernedo “Bojilla”.
Bojilla fue en los toros un personaje irrepetible. Nadie como él para ilustrar a Paco Rabal antes de que se rodase esa extraordinaria serie que fue Juncal.
Más tarde Rabal daría la talla de grandísimo actor con otro film de gran categoría “Los santos inocentes”.
Pero bueno a lo que iba. En el citado programa Javier Hurtado se refirió a algunas anécdotas de Bojilla, como cuando para torear en una plaza le dijo al empresario: El caso es que no tengo traje para actuar, el hijo del empresario le dijo, no te preocupes, mi padre te facilitará uno, creo es que un tabaco y oro.
Bojilla , no lo dudó. Hombre eso es precisamente lo que necesito porque no tengo. Ni tabaco, ni oro.
Como digo personaje irrepetible Bojilla. Ahí está lo que sucedió cuando apoderaba a un novillero que pasó sin pena ni gloria en su presentación en Las Ventas. Al acabar el festejo el chófer preguntó cuando subían al coche. ¿Adonde vamos?
Bojilla contestó; el torero al hotel y yo al acueducto…
Y termino con otra anécdota, que no puede ser más ilustrativa.
Bojilla se encontraba una noche jugando al bingo en una sala de Madrid, Le sonrió la suerte y ganó un buen premio.
Al salir de la sala unos delincuentes que habían sido testigos del premio ganado, le atracaron mostrando grandes navajas.
“Danos el dinero que has ganado al cantar bingo. Respuesta de Bojilla, no ha sido bingo, ha sido línea. Bueno pues lo que sea y Bojilla les entregó el dinero.
Cuando los delincuentes se alejaban del lugar, Bojilla les dijo; caballeros, caballeros;
Qué pasa, que quieres ahora respondieron los atracadores.
Enrique se dirigió al que, al parecer era el jefe de los quinquis y le dijo. “Mire usted como me encuentro, no puedo apenas caminar por culpa de mis pies, denme algo para poder volver a casa en taxi”
El aludido se dirigió a uno de la cuadrilla y le ordenó. “Dale a este señor 200 pesetas para que pueda coger un taxi. Cosa que así se hizo y Bernedo regresó a casa en taxi.
Cosas de Bojilla…