Roca Rey ha sido el gran triunfador de la tarde al cortar dos orejas al mejor toro de la corrida de Victoriano del Río. A ese tercero de la tarde le hizo una gran faena que hizo presagiar un triunfo de Puerta del Príncipe que finalmente no se materializó por culpa del acero en el sexto.
Sevilla, 7 de mayo.
Undécimo festejo de la Feria de Abril.
Toros de Victoriano del Río, bien presentados. Destacaron primero, tercero y sexto.
Miguel Ángel Perera, vuelta al ruedo y palmas.
Juan Ortega, silencio y silencio.
Roca Rey, dos orejas tras aviso y silencio.
Texto y foto: Toromedia
Miguel Ángel Perera no pudo lucir con el capote en el toro que abría plaza. Brindó a El Juli y templó desde el primer muletazo. Lo toreó en línea en la primera serie por la derecha para afianzarlo y en las siguientes lo llevó mucho y muy templado. El temple fue la base para sacar todo el partido de un toro no sobrado de fuerza. Lo mejor llegó al natural con muletazos limpios y lentos hasta que el toro se rajó. Mató de estocada baja. Hubo petición de oreja no atendida y dio la vuelta al ruedo.
Brindó al público al segundo de su lote, un toro que en la muleta no acababa de rebosarse y que perdía las manos y salía con la cara alta. Deslucido este astado de Victoriano del Río al que Perera intentó sacar rendimiento a base de oficio pero el toro fue a menos y no se lo permitió.
Juan Ortega se lució a la verónica en el segundo de la tarde. El toro buscó la querencia después de los dos puyazos y Roca Rey le hizo un quite por chicuelinas. En la muleta el toro embistió con brusquedad y muy pronto se desentendió de la muleta, manseando. Ortega supo encelarlo en una primera serie con la derecha pero pudo más la querencia del animal y su mansedumbre. Mató de estocada.
Tampoco pudo salir a relucir el buen capote de Ortega en el segundo de su lote. Firmó un bonito comienzo de faena con trincherazos y buenos muletazos que crearon ambiente. Intentó al natural pero el toro se defendía con un molesto cabezazo. Tampoco el de Victoriano se empleó por el lado derecho, embistiendo con brusquedad. Fue el toro más deslucido de la corrida que impidió el lucimiento de Ortega.
Roca Rey brilló en el recibo de capa, entregado y templado con un toro que embistió bien de salida. Perera hizo un buen quite con el capote a la espalda. El comienzo de faena fue excelente por ayudados por alto, pase cambiado por la espalda y buen remate de pecho. Siguió una buena serie con la derecha a un toro que embestía con codicia y profundidad. En la siguiente destacó un pase de pecho redondo y largo. Pero cuando la faena alcanzó la cumbre fue en la primera serie al natural, templada y de muletazos largos. Dio otra más por ese pitón y después acortó distancias completando una faena de triunfo rotundo. Se tiró a matar como un cañón y cortó dos orejas.
Al sexto lo recibió con lances templados y a más hasta los medios. Comenzó la faena con buenos derechazos verticales pero fue desarmado. En la siguiente serie dejó la muleta puesta y el toro repitió redondeando una buena tanda y haciendo sonar la música. Jugó con la distancia en los medios y volvió a ligar. El toro se abría por el lado izquierdo y Roca dio buenos naturales. Terminó de nuevo en terreno de cercanía aprovechando las últimas embestidas de un victoriano colaborador. Pinchó dos veces y no pudo redondear su triunfo, quedándose al filo de la Puerta del Príncipe.
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