Sábado, 15 de febrero de 2025. Plaza de toros de La Vall D´Alba. Un tercio de entrada en mañana nublada y fresca. Reses de Ignacio Frías, Fermín Bohórquez, Fuente Espino, Victorino Martín, Casa de los Toreros y Prieto de la Cal. El rejoneador Ferrer Martín, dos orejas. Javier Conde, saludos. Serafín Marín dos orejas. Paco Ramos, dos orejas. Diego García saludos tras aviso. Mario Vilau, palmas. Entre las cuadrillas picó bien al segundo Miguel Angel infantes. Lidió con templanza Sergio Perez, y con los palos se lucieron Antonio Puchol y El Ruso, quien asimismo lidió de forma sobresaliente con el capote. Presidió David Roures.
Enrique Amat, Vall D´Alba
La localidad castellonense de La Vall D’Alba acogió la celebración del festival a favor de los damnificados de la DANA, organizado por la empresa Torofusión y Vicente Ruiz el Soro a beneficio de los damnificados de la Dana.
Los tendidos del coso registraron una no muy numerosa asistencia de aficionados. Tras el paseíllo se interpretó el himno regional valenciano, el himno de España y El Soro tocó un solo de trompeta. Entre eso, y el reacondicionar el ruedo después de la actuación del rejoneador, y a pesar de que actuaron dos toreros menos de los anunciados, ya que no hicieron el paseíllo ni Canales Rivera, ni Vicente Aparicio, el festejo se prolongó en demasía. Pero no le faltaron argumentos de gran interés.
El rejoneador Ferrer Martín lidió un novillo de Ignacio Frías, colorado y que tuvo tendencia a los adentros y a rajarse. Con todo, resultó tan bondadoso como manejable si bien no le sobraron las fuerzas. El jinete fue capaz de llevarlo muy encelado a la grupa de salida. Luego clavó los palos reunidos y arriba, y encontrando siempre toro. Colocó las cortas y las rosas con entusiasmo y mató de un rejón de muerte.
Javier Conde, a pesar de estar retirado de los ruedos, derramó sobre el albero de la plaza unas generosas dosis de torería. Lidió un ejemplar de Fermín Bohórquez, lustroso y cómodo por delante. Firmó una excelente media en el quite. Luego, ante un astado noble, aunque falto de entrega, que no pasaba y que siempre apretaba, dibujó pases de excelente corte en una labor desigual, que no terminó de coger vuelo, pero salpicada de detalles de acrisolada torería. Y se le vio muy a gusto en la plaza.
Serafín Marín lidió un feísimo burraco, silleto, largo y gacho hasta decir basta de Fuente Espino, al que lanceó con vibración y poderío y quitó toreando muy acompasado a la verónica. Brindó la muerte de su antagonista al ganadero Germán Vidal, y le firmó una faena de gusto y muy acompasada, limpia, sentida y con gran templanza, aprovechando las embestidas nobles y pastueñas del novillo. Causó una gran impresión
Paco Ramos tuvo el gesto de matar un toro de Victorino Martín, cárdeno, largo y cuajado, aunque muy bizco del pitón derecho, que llevaba suelto. Serio, orientado, desarrollando sentido y pidiendo siempre el carnet de profesional a su matador, se dejó más por el pitón izquierdo. Paco Ramos lo entendió y se puso en el sitio, logrando una labor intensa, en la que llevó muy sometido al astado, aprovechando sus embestidas. Solvente, puesto y dispuesto. En sazón y preparado. Mató de una buena estocada y dos golpes de descabello.
Diego García estoqueó un ejemplar de Casa de los Toreros con cuajo y playero de cuerna. Aceptó el castigo en varas, aunque se dolió en banderillas. Tuvo nobleza, pero no acabó de emplearse. El espada madrileño, quien tiene una excelente planta de torero, lanceó con empaque y buen aire y quitó con vistosidad. Luego, tras una diana floreada de El Soro, mostró un más que interesante corte de torero, toreando con expresión, verticalidad y sentido de la colocación. También mostró originalidad en detalles, y luego mató de dos pinchazos, estocada y once golpes de descabello. Pero ello no empañó una notable carta de presentación.
Mario Vilau novillero catalán arropado por la peña taurina El Prat reivindicando la Cataluña taurina, se enfrentó a un utrero de Prieto de la Cal recortado, musculado y negro de capa Lanceó muy enfibrado aunque algo acelerado. Brindó la muerte del astado al ganadero Tomás Prieto de la Cal. Al novillo le costó, y al novillero pareció que le costaba también. El novillo se desentendió y muy complicado, a Mario pareció venirle grande todo aquello a pesar de su voluntad.