De como Jerezano abandonó a su madre por el toreo.
El toreo es como una especie de droga, que para los aspirantes lo es todo. Como le ocurrió a Jerezano con su madre.
“Una noche cuando llegué a casa –contaba– mi madre me dijo:
– Mira Luis, me tienes destrozada, si quieres a tu madre tienes que dejarlo, de lo contrario…
– Mira Luis, me tienes destrozada, si quieres a tu madre tienes que dejarlo, de lo contrario…
Hubo un silencio largo. Cogí el hatillo y me fuí. Mi madre siguió llorando, llamándome durante varios kilómetros, hasta que paró un camionero y me subí y vi cómo siguió corriendo detrás del camión. Fue tremendo. Cuando me convertí en profesional, me venía siempre aquella imagen. Después, en cada corrida me arrimaba siempre con más ahínco y tenía siempre un cariñoso recuerdo para mi madre, a la que hice sufrir mucho por esta locura del asunto de los toros”.







