Enrique Amat
Su carrera y su personalidad dio pie a que poetas, pintores, escritores y músicos compusiesen obras importantes. Y el cine tampoco estuvo exento de la figura del espada cordobés.
Un amplio elenco de obras recogieron la figura de Manuel Rodríguez Manolete. Su primera incursión fue en un cortometraje en blanco y negro de diez minutos de duración, en el que asumía el papel protagonista. La película se llamó Toros y fue producida por Ángel Mateo Cano, quien la financió íntegramente. En el reparto figuró, en varias escenas, una desconocida actriz de nombre Ana Mary de Angulo. El guión fue escrito y dirigido por José María Aragay. La fotografía corrió a cargo de Salvador Gijón. La idea de este film era muy interesante, ya que su objetivo era el de presentar a Manolete comentando los distintos aspectos y fases de la lidia, expresando sus propias ideas sobre el arte de la tauromaquia.VSe rodó en la finca Jandilla, propiedad del rejoneador y ganadero Álvaro Domecq, persona con la cual el diestro de Córdoba siempre mantuvo una estrecha y fraternal amistad.
En él, Manolete torea en un cerrado vestido con traje campero. Una señorita, que asiste junto a otras personas a la tienta, le pregunta sobre sus opiniones profesionales en relación con el mundo del toro. En estas escenas Manolete demostró las excelentes condiciones intuitivas que tenía para la interpretación.
No terminó aquí la carrera cinematográfica de Manuel Rodríguez. Y es que existe otro documental de gran interés, que fue grabado en México. En él se recogen imágenes de la famosa corrida que protagonizó el 9 de diciembre de 1945 en la plaza El Toreo. En ella se lidiaron toros de la ganadería de Torrecilla y, en medio de una extraordinaria expectación, el llamado Monstruo obtuvo un gran éxito. La cinta se llama precisamente así, Manolete, monstruo, tomando prestado el apodo que le puso el crítico taurino KHito.
Así lo calificó la tarde del 28 de junio de 1943 en Alicante. El espada cordobés le brindó la muerte de su segundo toro, vestido de verde botella y oro, alternando con Antonio Bienvenida y Manolo Escudero ante reses del Conde de la Corte. La película fue dirigida y producida por Alberto Santander, a petición expresa del mismísimo presidente de la República de México, Ávila Camacho. La fotografía corrió a cargo de Domingo Carrillo, Agustín Jiménez y Antonio Chavisa. Todo comienza con imágenes del torero en su habitación del hotel, atendiendo a varios amigos y aficionados. Entre ellos figuraban los actores Juan y Armando Calvo, la tonadillera Conchita Martínez y el cantante Miguel de Molina. Después se le ve en el rito de vestirse de torero.
Luego, hay imágenes del diestro en el coche, camino hacia la plaza. Más adelante, el paseíllo, que se desarrolla en medio de una lluvia torrencial de pétalos de flores. Manolete confirmaba aquella tarde su alternativa, apadrinado por Silverio Pérez, con Jesús Solórzano de testigo. El toro que lidió fue Gitano y le cortó las dos orejas y el rabo, tras una gran faena. Finalmente se recoge la dramática secuencia de su cogida por el quinto de la tarde, un astado negro bragado de nombre Cachorro, al dar un lance con la capa, que le produjo una grave herida en el muslo izquierdo. El film termina con imágenes del torero en la enfermería.
Asimismo, a Manolete le sedujo en su momento la idea de Abel Garce de rodar una película sobre su vida y accedió a someterse a unos castings en los estudios Augustus Films de Madrid. Allí asimiló extraordinariamente bien las instrucciones que le dió a Gance, mostrando soltura, naturalidad y precisión. En el espada cordobés había un gran actor. Gance encontró al productor que financiase esta cinta. Confió la redacción de los diálogos al poeta y académico Enrique Marquina y formó un equipo que estuvo compuesto por el ambientador Luis Marquina y el operador Enrique Guerner. En el reparto figuraban, junto a Manolete, las actrices Isabel de Pomés y Sylvie Gance, y los actores José García Nieto, Feliz de Pomés, Juan Calvo, Manuel Requena y el ex boxeador Luciano Díaz. Comenzó a rodarse en Madrid. El torero actuó en varias escenas de interiores en los citados estudios, en las que sus intervenciones resultaron bastante expresivas. Los problemas llegaron al cabo de dos semanas de rodaje, que hubo de suspenderse ya que al productor se le había acabado el dinero y ya nunca se reanudaría. No obstante, el material rodado, descartadas las repeticiones y los planos incompletos, llegó a componer hasta dos rollos de celuloide con bastante sentido narrativo. Esta grabación fue comprada años después por Luis Bueno Linares y se llegó incluso a proyectar en el ciclo retrospectivo dedicado a toros y toreros, en el Festival de Cine de San Sebastián en junio de 1963. Manolete cobró 250.000 pesetas de la 700.000 inicialmente convenidas.
Después vinieron otras películas sobre su figura, como Recuerdo a Manolete, grabada en 1951 bajo la dirección de José H. Gan y Julián de la Flor, con guión de Francisco Narbona y Manuel Remis. Su duración fue de dieciocho minutos.
En 1967 se rodó Yo he visto la muerte, en la que intervinieron Luis Miguel Dominguín, Antonio Bienvenida, Álvaro Domecq, Andrés Vázquez, Álvaro Domecq Romero y Pepe Bienvenida. Dirigida por José María Forqué, fue otro nuevo homenaje a Manolete y obtuvo un relativo éxito comercial.
Tras la muerte de Manuel Rodríguez en Linares, los productores Miguel García Pino y Adolfo Arenaza rodaron con Hércules Films la película Brindis a Manolete. Su argumento corrió a cargo del escritor gaditano José Mª Pemán y de José Carlos de Luna. Una trama que luego fue adaptada a guión cinematográfico por Enrique Llovet y Eduardo Manzanos. Es un homenaje a Manolete, como torero y como hombre. La dirección corrió a cargo de Florián Rey, con fotografía de Enrique Guerner. La escenografía fue de Francisco Escrivá y Enrique Salvá, y la música de José Muñoz Molleda con canciones de Manuel Quiroga. El film, que alterna la comedia y el drama, tuvo como intérpretes a actores de la talla de José Greco, Paquita Rico, Manolo Morán, Ana Adamuz, José Jaspe, Juanita Mansó, Manuel Monroy, Eulalia del Pino y Domingo Ribas. Encabezando el reparto e interpretando el personaje de Manolete se eligió a Pedro Ortega, un auténtico desconocido pero que guardaba un gran parecido físico con Manuel Rodríguez. Este Ortega era un barbero de Puertollano que acabó revelándose en esta película como un gran actor. Para las escenas taurinas se intercalaron imágenes y secuencias reales del torero, grabadas en España y México que se encontraban en distintos archivos. La cinta fue un auténtico éxito en los cines de España.
La peor fue la última, en la que un tal Manolete, torero repeinado y de mirada angustiada y extraviada, se enamora locamente de una lagarta llamada Lupe Sino. Su relación es tormentosa y se pasan el día a la greña hasta que Manuel, deprimido por el mal de amores, se deja matar por un toro en la plaza. Este es el argumento de la abominable película Manolete, un presunto biopic sobre el torero Manuel Rodríguez Manolete que se estrenó el 24 de agosto de 2011. Un estreno que estaba inicialmente previsto para 2007, coincidiendo con el sesenta aniversario de la muerte del diestro. Pero fue retrasado por problemas económicos.
En Francia llegó a las salas comerciales en marzo de 2010 y duró en cartel un suspiro, cosechando fortísimas críticas. La cinta, de cerca de hora y media de duración, al parecer costó más de veinte millones de euros y estuvo dirigida ppr Menno Meyjes, un guionista que colaboró con directores de la talla de Steven Speilberg y quien incluso ganó un Goya al mejor guión por la película El Sueño del Mono Loco, de Fernando Trueba. Pero en Manolete no dio con la tecla. El inexpresivo Adrien Brody, quien ganó un Óscar por la película El Pianista, encarnó al presunto Manolete y se pasaba toda la película poniendo cara de pasmado sufrimiento. Penélope Cruz hacía el papel de una Lupe Sino lagartona y desequilibrada. Mejor estaba Santiago Segura como Chimo, su mozo de espadas, en tanto que un perdido Juan Echanove no recordaba a Camará ni en el blanco de los ojos. Y el actor de la serie televisiva Cuéntame Nacho Aldeguer daba vida a un Luis Miguel Dominguín chulesco y guaperas. Un bodrio.