Una sensible pérdida más entre la afición de Barcelona. Murió ayer miércoles a los 92 años el gran aficionado y escritor Fernando del Arco: un hombre bueno, que destacaba por su ironía, sentido del humor ante los contratiempos de la vida, y sobre todo, aficionado cabal. No se perdía un festejo en la Monumental. Eso sí, en Agosto dejaba todo para, acompañado a veces de algún familiar, asistir a la Feria de Bilbao, uno de sus cosos preferidos. También solía asistir a la feria de San Isidro (aunque siempre decía que “no le gustaba esa afición”), y Sevilla…
José R. Palomar
Escribía, además, de toros con asiduidad, hasta el punto de que su casa, en la barcelonesa calle de Padua alberga una biblioteca taurina, que difícilmente podía incorporar más ejemplares. Formaba parte del Circulo de Amigos de la Dinastía Bienvenida. Sería largo enumerar toda su actividad, que era incesante, pero destaca cómo tomo el relevo de Luis María Gibert, para organizar junto a otras personas, la denominada Feria de Otoño de Barcelona, consistente en un ciclo de conferencias que tenía lugar durante el mes de Noviembre, todos los viernes.
Era un apasionado de México y ahí fue en compañía de su esposa, donde conocieron a El Juli, del que se convirtieron en fieles seguidores, especialmente su mujer Conchi, que sentía especial devoción por el diestro. Cuando ella falleció, en su primera corrida que toreó en la Monumental Julián le brindó un toro (se encontraba en su localidad de abonado de barrera del tendido 1). Sobre el matador incluso escribió un libro. Fernando tuvo un torero predilecto: Manolete. Por él sintió auténtica pasión taurina, escribió varios libros, y se documentó a través de múltiples personas que le conocieron. Cuando falleció el crítico taurino Juanele, recibió su legado en forma de revista taurina anual, de nombre “Caireles”,que suponía un enorme trabajo. Era un resumen de la temporada, con artículos de aficionados, periodistas, y diversos personajes.
En el plano personal supo llevar con torería el luto tras la muerte de su mujer, quitándole importancia al luto, que llevaba por dentro…Incluso aprendió a cocinar y otras cosas domésticas, que podrían haber hecho perfectamente personas de su entorno. Pero la vida se portó bien, y en los últimos años le ha acompañado la fiel Elena, hasta los últimos instantes. (además de su familia, pues contaba con …… hijos y también nietos). Uno de ellos, de procedencia francesa, es aficionado a la fiesta, y le acompañó en algún viaje a Bilbao, y otras tardes en la Monumental, que siempre fue “su plaza”.
Amigos
Tuvo especial amistad con el doctor y psiquiatra Fernando Claramunt. Uno, el que escribe, que gozó de su amistad, porque en ocasiones me invitaba a ver las corridas televisadas, es testigo de que, entre toro y toro, a veces llamaba al doctor para comentar lances del festejo, e intercambiar opiniones…
El apoderado Pablo Lozano (que lo conoció), nos habla así de Fernando del Arco: “era una buena persona, que me facilitó desinteresádamente carteles que, dada su extraordinaria cultura y afición, me vinieron muy bien…entre ellos, una replica que enmarqué, del cartel de la alternativa de mi padre. Lo tomó como “algo suyo”, y hasta no encontrarlo, no paró…Buena gente, descanse en Paz tan buen amigo, y que Dios lo tenga en su gloria. Un puntal de la mejor afición que ha habido en Cataluña…”
Y así podríamos seguir con más amigos, que a buen seguro estarán mañana viernes, a las 13.30 en el Tanatorio de Sant Gervasi, donde sus restos recibirán cristiana sepultura. Desde Avance Taurino, nos sumamos a la condolencia, y el abrazo para su distinguida familia.
D.E.P