Diego Ventura y El Juli destacaron en un brillante festival benéfico.
Las Ventas, 2 de mayo. Festival para recaudar fondos y ayudar a los colectivos más afectados del sector taurino por la pandemia del Covid-19.
Un cuarto de entrada y vendido aforo máximo permitido por la normativa sanitaria.
Novillos de Niño de la Capea, Juan Pedro Domecq, Garcigrande, Victoriano del Río, Fuente Ymbro, Jandilla y El Parralejo.
Diego Ventura, dos orejas.
Enrique Ponce, silencio con aviso.
El Juli, dos orejas.
José María Manzanares, oreja.
Miguel Angel Perera, oreja
Paco Ureña, silencio tras aviso.
Guillermo García, oreja con aviso.
Miguel Ángel Herráiz
Fotos: Andrew Moore
Diego Ventura recibió a porta gayola al toro de Niño de la Capea fijándole encelándole con el caballo y corriéndole con suavidad. Clavó dos pares al quiebro cerca de los medios dándole el pecho al toro para luego correrle a dos pistas. Colocó tres banderillas cortas ligándolas en su ejecución. El rejón de muerte resultó algo trasero pero efectivo. Dejó lucirse al toro y cabalgaduras.
Enrique Ponce no tuvo suerte le devolvieron dos toros y el del Niño de la Capea no le dió opciones con el capote. Con la muleta por el izquierdo el torero demostró su sabiduría no obligando al astado, sacándole algunos buenos y templados aunque el toro se metía debajo era de embestida discontínua y perdía las manos. No estuvo acertado con la espada.
El Juli tuvo un toro de Garcigrande terciado al que capoteó acompasado finalizando bien con la media. Después del primer puyazo remató a una mano con cintura y se lo dejó en la cadera. Con la muleta rodilla en tierra por el derecho, templando ligando alargando el recorrido, bajando la mano y obligando al toro. Por el izquierdo citó de cerca se acopló toreó despacio con ritmo y entrega mandando con suavidad. Estocada algo trasera.
José María Manzanares con el de Victoriano del Río, hierro de Cortés, toreó con transmisión por ambos pitones tragando mucho a un ejemplar bravo y encastado que no terminaba de entregarse y del que se llevó una oreja ganada a pulso.
Miguel Angel Perera al de Fuente Ymbro le instrumentó unas chicuelinas verticales de buena factura. Inició la faena de muleta con un pase cambiado de rodillas ejecutado con valor y mando. Una vez en pie dio distancia por el derecho metió bien la cara, humilló y remató atrás. Perdió fuelle el toro.
Ureña al cinqueño de Jandilla terminó metiéndole en la muleta. Dejaba estar al torero quería irse pero era menos peligroso que el de Manzanares. Por el izquierdo lo intentó con pureza. Dos pinchazos y estocada.
Guillermo García, novillero, brindó su ejemplar de El Parralejo a Diego Ventura y matadores compañeros de cartel. Recibió con dos largas cambiadas. Con la muleta se cruzó estuvo con actitud y fue volteado dos veces.