28 de septiembre de 2025. Plaza de toros de Algemesi. Lleno en tarde nublada. Novillos de Hermoso de Mendoza, Moreno Pérez Tabernero, al que se le dio la vuelta al ruedo, Carmen Arroyo, Osborne, Arauz de Robles y Carmen Arroyo. El rejoneador Pablo Donat, saludos. Víctor Manuel Blázquez, dos orejas. Rubén Pinar, saludos. Samuel Navalón, cogido. Nek Romero, oreja tras aviso y oreja. Íker Rodríguez, oreja tras aviso. Entre las cuadrillas lucieron David Esteve y Javier Perea. Presidió, con rigor, el alcalde de la ciudad, José Javier Sánchis. Samuel Navalón sufrió una cornada en el cuello que le fracturó el esternocleidomastoideo. Está ingresado en el hospital de Alzira.
Un gran ambiente se vivió para presenciar el festival con el que se cerraba la feria taurina de Algemesí. Una tarde que se presumía de fiesta y que por el tremendo percance sufrido por Samuel Navalón al banderillear al tercero, vio como cambiaba el signo de la tarde. A la gente le quedó mal cuerpo.
Se lidiaron novillos de Hermoso de Mendoza, Moreno Pérez, Carmen Arroyo, Osborne, Arauz de Robles y Carmen Arroyo.
Abrió plaza un ejemplar de Hermoso de Mendoza que, a pesar de que le colocaron dos rejones de castigo, no dejó de perseguir con fijeza a las cabalgaduras.
El de Moreno Pérez castaño, largo, abierto de cuerna, bociblanco y serio, derribóal picador Simón Andreu, esperó en banderillas y llegó al tercio final manejable, obediente, dócil, pastueño y dejando estar. Se le premió con la vuelta al ruedo. En tercer lugar saltó al ruedo un ejemplar de Carmen Arroyo, lustroso, bajito y cómodo por delante. En la muleta tendió a quedarse corto, esperando y sin entrega. En cuarto lugar se lidió un utrero de Osborne, terciado, al que apenas se le pegó en el caballo y apretó mucho en banderillas. Fue y vino, pero revoltoso y protestón. El quinto, de Arauz de Robles, terciado y cómodo por delante, tuvo escaso fondo y se rajó pronto. El que cerró plaza, de Carmen Arroyo, castaño y bien presentado, dio un juego más que notable.
El rejoneador Pablo Donat se enfrentó a un novillo con fijeza y colaborador, al que le colocó dos rejones de castigo, y luego clavó banderillas con reunión. Mató de un rejón de muerte y un golpe de descabello pie a tierra.
Víctor Manuel Blázquez lanceó con soltura y oficio y pareó alternando con Nek Romero y El Sirio, quien fue aparatosamente volteado. Brindó la muerte de su novillo a Toni Gazquez, quien había compartido aperitivo con el aficionado local Vicente Roig El Roig. Y firmó una faena, relajada, limpia, compuesta y dispuesta. De excelente nivel. Rematada de una buena estocada.
Víctor saludó con el capote al que correspondía a Samuel Navalón. Dejó que parease su cuadrilla, y luego le cedió su muerte a Nek Romero.
Rubén Pinar lidió un novillo de Carmen Arroyo. Invitó a banderillear a Samuel Navalón, quien sufrió una tremenda cogida . Y luego, ante las escasas condiciones de su antagonista, lo lidió con profesionalidad y lo mató con prontitud.
Samuel Navalón, fue cogido al banderillear al tercero, invitado por Ruben Pinar. El percance fue tremendo, y tuvo que ser atendido de una cornada en el cuello que le impidió continuar la lidia.
Nek Romero, banderilleó con lucimiento y espectacularidad, prodigando quiebros y clavando reunido y arriba. Brindó a Iker Rodriguez y firmó un trabajo presidido por la firmeza de plantas, la cercanía de terrenos, la entrega y el sometimiento.
Luego lidió el quinto, que correspondía a Samuel Navalón y cuya muerte le cedió Víctor Manuel Blázquez. Planteó faena con actitud y disposición, pero no tuvo opciones.
Íker Rodríguez, torero de Algemesí y alumno de la escuela de tauromaquia de Valencia, perfectamente vestido de torero, se fue a la puerta de chiqueros a saludar a su antagonista. Tras esperar casi tres minutos a que saliese el novillo, este se lo llevó por delante. Aun así, Iker no se vino abajo plantó y lo lanceó con vibración. Luego firmó un vistoso quite al a limón con Nek Romero. Banderilleó con espectacularidad y vibración y brindó la muerte de su novillo a Víctor Manuel Blázquez. A los sones del pasodoble La concha flamenca, toreó con quietud, asentamiento de plantas, firmeza y sentido de la ligazón en un trabajo de gran ligazón, serio y de notable nivel.