Ni una sola ovación en Las Ventas.
Las Ventas, 21 de julio.
Tercera de las novilladas nocturnas.
un cuarto de entrada.
Novillos de Aurelio Hernando.
Javier Montalvo, silencio tras aviso y silencio tras aviso.
Jesús Angel Olivas, silencio tras aviso y silencio.
Villita, silencio y silencio.
Miguel Ángel Herráiz
Foto: Plaza 1
El ganado de Aureliano Hernández que no facilitó la tarea de los toreros quienes no pudieron encontrar el juego necesario, ni realizar las faenas soñadas con el reconocimiento del público, ni el lucimiento correspondiente al esfuerzo realizado. La realidad ha sido otra y Javier Montalvo, Jesús Ángel Olivas y Villita han demostrado entrega, dignidad y ganas para no desmerecer ante utreros que tenían mucho que torear y exigían experiencia notoria para no desentonar. Javier lo intentó en los dos y el segundo se lo puso difícil a base de rebrincar y llevar la cara alta. Jesús quiso torear por ambos pitones y consiguió algunas series acopladas con su primero por el derecho y aguantó un derrote en el otro del que salió indemne por fortuna. Villita estuvo voluntarioso en su primero y en el otro no había forma de ponerse delante.
Javier Montalvo tuvo que bregar con el primero del festejo, un novillo con poca fuerza, que en ningún momento se entregó y estuvo a la defensiva. Templó en los muletazos de saludo, lo colocó en el terreno elegido, se echó la muleta a la izquierda e intentó ligarlos, tarea difícil y aunque los dio mayormente de a uno tuvieron la calidad y pulcritud suficiente para que el público lo apreciara. Supo entender lo que tenía enfrente, obligó lo mínimo para que durara en la muleta y se permitió una sentida, vibrante, ligada y rápida serie por el derecho que calentó el ambiente. Siguió por ese pitón y el novillo punteó la muleta. Mató de estocada defectuosa que hizo guardia, estocada honda y dos descabellos. Aviso. Silencio. Su segundo no le permitió estirarse con el capote. Recibió dos buenos puyazos de Israel de Pedro. Brindó al público. Los muletazos iniciales no tuvieron el reposo deseado por la condición rebrincada y el levantamiento de cara del utrero que se quedó sin recorrido. Lo intentó por el izquierdo y el peligro junto con el soltado de cara impidieron la brillantez deseada. Se agarró al suelo y se rajó pronto el astado. Mató de estocada larga, pinchazo y estocada. Aviso. Silencio.
Jesús Ángel Olivas se presentó en Las Ventas. Intentó estirarse y su primero le rasgó ampliamente el capote. Pronto perdió las manos. Lo llevó hasta el tercio con vistosos muletazos a pies juntos. Con la derecha aprovechó la inercia inicial para ligar y la segunda serie por ese pitón tuvo mayor acople con tres muletazos ligados, parón y otros tres con remate de pecho. Insistió por ese pitón dándolos de calidad. Por el izquierdo no tuvieron el mismo ritmo y lucimiento. Terminó parándose. Mató de metisaca y estocada larga. Aviso. Silencio. Su segundo se frenó en el capote. Derribó en la primera vara. En banderillas esperó peligrosamente. En la muleta el novillo se defendió y llevó la cara alta. Con la izquierda le bajó la mano y al tercer muletazo se paró. Cambió de mano y dio dos meritorias series a base de sobarlo y ligarlos con algún molesto enganchón. Mató de media larga atravesada y perpendicular con descabello final. Ovación con alguna división en los tendidos.
Villita también hizo su presentación. Se estiró por verónicas en su primero con amplio eco en los tendidos. Curro Javier puso dos excelentes pares y aguantó gallardamente el embroque en el segundo al que le ganó la cara arriesgando mucho. Brindó al público. Con la muleta comenzó por arriba voluntarioso y algo atropellado al no dar la distancia adecuada. Por el derecho redujo distancia y hubo más acople. Por el izquierdo se puso en el sitio y con la muleta sufrió algún enganchón. Por el derecho terminó ancándose al suelo por la falta de fuerza. Mató de estocada caída. Silencio. A su manso segundo era imposible hacerle faena. Tuvo peligro por los dos pitones. Estuvo desacertado con la espada.
