Sábado, 31 de agosto de 2024. Plaza de toros de Requena. Media entrada en tarde agradable. Toros de Murube y novillos de La Condesa, bien presentados y de juego notable. El rejoneador Diego Ventura, oreja y dos orejas. Román (turquesa y oro), saludos tras aviso en el único que mató. Bruno Gimeno (rosa y oro), dos orejas tras aviso y dos orejas tras aviso. Actuaron de sobresalientes Juan Vicente Tomás (grans y oro) para Román y Alejandro Cerverón (azul pavo y oro) para Gimeno.Entre las cuadrillas destacaron con los palos César Fernández y Salvador Lobato, en el segundo, quienes saludaron. Presidió la concejala Silvia Aroca.
Enrique Amat, Requena
Tuvo lugar la corrida de toros mixta con motivo de la feria y fiesta de la Vendimia de Requena 2024. Un festejo organizado por la empresa Ganadería Paco Marti, que también rige los cosos de Bocairent y Villena, con un más que interesante cartel.
De nuevo fue un placer acudir a Requena. Por la mañana, pasear disfrutando del ambiente en la ciudad, con los bares y calles llenos, la Mascleta y los festeros vistiendo la clásico indumentaria festiva. Luego, como siempre, gozar de la compañía, mesa y mantel con los amigos, algo que en este mundo de la despersonalizada comunicación virtual y por la nube, no tiene precio. Cultivar la relaciones personales. Y luego, a la plaza.
La pena es que al final no acudió al coso la plaza tanta gente como la que había por la mañana en la calle, pero bueno, los tendidos del coso requenense registraron una más que aceptable entrada.
Luego, el festejo resultó, con dos puertas grandes abiertas, aunque también en el debe hay que poner que Román solo pudo matar un toro, ya que a su primero se lo devolvieron y tuvo que salir el sobrero, y su segundo se partió un pitón por la cepa al derrotar de salida contra un burladero, y al no haber más sobreros, ya que no lo exige el reglamento, ahí se acabó la actuación del rubio coletudo liceísta de Benimaclet. Son cosas que pasan, aunque a veces, por parte de quien corresponda, se deberían medir mejor las devoluciones de los astados y esperar un poco a que los toros se recuperen antes de devolverlos para atrás, porque luego pasa lo que pasa. Más de una vez, un toro protestado de salida luego ha sido ovacionado en el arrastre. Hay que pensar y medir los tiempos con mejor criterio.
Los toros de Murube y los novillos de La Condesa, estuvieron en general bien presentados, y su juego mereció una alta calificación.
El primero de rejones, bien presentado, resultó noble y colaborador, aunque muy apagado. El segundo fue devuelto por su falta de fuerzas y al sobrero, lustroso y simpático por delante, apenas le picaron ni para un análisis en el tercio de varas. Luego tomó las telas con nobleza, fijeza y calidad.
El primer novillo de La Condesa, colorado ojo de perdiz, bajito y bien hecho, tuvo calidad, tranco, alegría y prontitud en sus embestidas. Repitió incansable, y siempre se quedaba bien colocado para el siguiente muletazo.
Bien presentado, con mucha romana el cuarto, que a pesar de que le colocaron dos rejones de castigo, persiguió con celo, fijeza y bravura a las cabalgaduras. Un. Notable ejemplar. El quinto se partió un pitón por la cepa de salida al rematar contra un burladero. Al no haber un segundo sobrero, ya que solo es reglamentario en plazas de tercera que haya un sobrero, ahí se acabó la actuación de Román. Disgusto para el torero, disgusto para el ganadero y disgusto para los aficionados, que se quedaron sin ver un toro.
Y el jabonero y botinero sexto tuvo movilidad, pero siempre con una exagerada querencia a los terrenos de adentro.
El rejoneador Diego Ventura, sobrado y suficiente, demostró por qué es el líder del escalafón. Apenas le puso un rejón de castigo a su primero, al que sometió cabalgando a dos pistas y siempre llevándole muy encelado en la grupa y dejando llegar mucho. Clavó con mucha facilidad, siempre reunido y arriba, y pareció faltarle oponente. Mató de un pinchazo y un rejonazo.
Y paró, templó y dejó llegar y sometió al segundo, en una labor vistosa, en la que toreó a la grupa, clavó al estribo y mostró un gran poderío.
Román, tras firmar un quite por verónicas muy templadas a su primero, brindó la muerte del mismo al empresario Paco Martí. Muleteó, a son del pasodoble Martin Agüero, con limpieza fuera de las rayas, con sentido de la ligazón, y siempre bien colocado, llevando muy toreado a su oponente. Mató de dos pinchazos y una estocada. Y se quedó inédito ante su segundo, ya que se partió un pitón por la cepa y fue devuelto, sin que hubiera ocasión de que se saliese un nuevo sobrero.
Bruno Gimeno se fue a la puerta de chiqueros a recibir a su primero. Luego lo lanceó con templanza y compostura y firmó un emotivo quite por faroles. Banderilleó con espectacularidad y comunicación con los tendidos y mantuvo esa comunicación en una faena de muleta ligada, de largo metraje y no exenta de mensaje. Variedad y espectacularidad en una labor, que rubricó con un pinchazo y una estocada.
Y también se fue a porta gayola en el sexto, al que toreó con el capote con vibración. Alternó en banderillas con su subalterno Raúl Navarro y brindó la muerte del astado a Román. Comenzó su trasteo por pases cambiados de rodillas en la boca de riego, y con desparpajo, recursos y lucidez, supo buscarle las vueltas a su oponente, al que toreó con buen aire y extenso repertorio.
Actuaron de sobresalientes Juan Vicente Tomás, quien no tuvo ocasión de intervenir y el torero de Casinos Alejandro Cerverón, quien firmó un excelente quite por tafalleras en el sexto.
Foto: Litugo