El XIII Ciclo de Cine Taurino organizado por el Museo Taurino de la Diputacion de Valencia programó la proyección de la pelicula Currito de la Cruz.
Enrique AmatEn este caso se eligió la versión más famosa de todas las que de esta famosa novela se hicieron, la fechada en el año 1948. Estuvo dirigida por Luis Lucía con guión del propio director y del escritor Antonio Abad Ojuel y fotografía del que fuera novillero José Fernández Aguayo. Lo más destacable de esta cinta fue el poder contemplar en la pantalla las evoluciones del torero sevillano Pepín Martín Vázquez. Las imágenes de sus actuaciones en Madrid, Sevilla y México utilizadas en el montaje, convirtieron esta película, junto con Sangre y Arena, en el film taurino por excelencia. El reparto se completó con actores de la fama de Nati Mistral, Tony Leblanc, Manuel Luna, Jorge Mistral, Ángel de Andrés, Juan Espantaleón, Félix Fernández, María Isbert y Amparo Martín.
El protagonista de esta película, el matador sevillano Pepín Martín Vázquez, fue un torero de dinastía, ya que tanto su padre, Francisco, como sus hermanos Manuel y Rafael, fueron matadores de toros. Tomó la alternativa el 3 de septiembre de 1944 en Barcelona. Aquel día Domingo Ortega, quien ejerció de padrino, le cedió la muerte del toro Partidario, del hierro de Alipio Pérez-Tabernero, en presencia de Pepe Luis Vázquez y Carlos Arruza, convirtiéndole en nuevo matador de toros. Su cartel se mantuvo hasta la terrible cornada que le infirió un toro de Concha y Sierra en Valdepeñas el 8 de agosto de 1947, que le apartó de los ruedos durante casi un año e influyó decisivamente en el devenir de su carrera taurina.
El autor de la novela Sangre y arena fue Alejandro Pérez Lugín, quien nació en Madrid el 22 de febrero de 1870 y murió en La Coruña el 5 de septiembre de 1926. Desde 1886, vivió en Santiago de Compostela, en cuya universidad se matriculó para cursar la carrera de Derecho. Durante su etapa universitaria, comenzó a colaborar en diversos diarios de la ciudad, como El Pensamiento Gallego. En 1893 regresó a Madrid, donde trabajó en la Dirección General de los Registros y el Notariado. Posteriormente lo hizo en varios ministerios y, más adelante, en empresas y fue enviado especial a la guerra de Marruecos por el periódico El Debate.
Una de sus novelas más conocidas es La casa de la Troya, en la que recrea la vida universitaria en la Universidad de Santiago de Compostela, que fue llevada al cine en tres ocasiones.
Pérez Lugín alcanzó notoriedad por los artículos periodísticos sobre el mundo taurino que publicaba en La Tribuna. Partidario acérrimo de Rafael el Gallo y de su hermano Joselito, se cuenta que incluso cuando estos toreros pasaban debajo de su localidad al dar la vuelta al ruedo, el autor se ponía a gritar ostentosamente: “¡Kikirikí!”.Su novela Currito de la Cruz, publicada en 1921, acabaría convirtiéndose con el tiempo en una obra de culto. En ella refleja sus conocimientos sobre el mundo de la tauromaquia.Está basada en la historia de un huérfano que abandona a las monjas, con las que se ha criado en el hospicio de Ntra. Sra. de los Desamparados de Sevilla. Está decidido a ser torero para salir de su situación, y de paso a ayudar a las monjas. Una tarde se lanza al ruedo de espontáneo y su acción le vale para ser introducido por el famoso torero Carmona en el mundo de los toros.Curro se termina enamorando de Rocío, hija de éste, quien a su vez está enamorada de Romerita, un joven espada conquistador y sin escrúpulos, con quien aquella huye a México. Al cabo del tiempo, ésta regresa abandonada y con un hijo. Curro, preso del desamor, cae en un profundo bache profesional ya que la sigue amando. Y ello le impulsa a volver al toreo por ella y su hijo. Un día se enfrentará con Romerita en un mano a mano, en el que éste muere de resultas de una cogida. Al final, todo termina felizmente en boda y con la bendición del padre.Fue un libro muy popular en los años siguientes a su publicación, e incluso fue llevado al cine hasta en cuatro ocasiones. La primera adaptación cinematográfica fue la de supropio autor, que rodó en 1925 en colaboración con Fernando Delgado. Este mismo dirigió la segunda versión, realizada en el año 1935. Tras la de 1948, finalmente en el año 1965, Rafael Gil dirigió la que es cuarta versión de la novela de Pérez Lugín. Los intérpretes principales de la misma fueron el torero Manuel Cano el Pireo, así como los actores Francisco Rabal, Arturo Fernández y Mercedes Vecino.