Hizo lo más destacado de un festejo en el que también gustó la primera labor de Diosleguarde.
Las Ventas, 12 de junio.
Novillos de Montealto.
Manuel Diosleguarde, silencio y silencio.
Daniel Barbero, silencio y silencio.
Álvaro Burdiel, ovación y vuelta al ruedo.
Miguel Ángel Herráiz
Foto: Plaza 1
Novillada picada de Montealto en la que no se cortaron orejas pero se vieron ejemplares de buena presencia que dieron la oportunidad de disfrutar de una tranquila tarde, sin los sobresaltos a los que nos tiene acostumbrado el ganado que últimamente se lidia en Las Ventas.
En esta ocasión nada de intranquilidad, de espanto con intento de saltos al callejón o de levantar los pies a los toreros. El único que levantó sus apoyaturas de la arena fue el primer novillo que se dio una importante voltereta de la que salió algo mermado. Tarde con sol, toreros con trajes impolutos a la hora del paseíllo y trajes igualmente pulcros a la hora de abandonar la plaza. Un vecino de localidad decía: ”…vinieron, salieron, torearon y se fueron con el traje limpio ….” Los novillos de Montealto dieron facilidades a los toreros, colaboraron con ellos y afortunadamente no asustaron.
Con verónicas de calidad recibió Manuel Diosleguarde a su primero. Brindó al público y comenzó desde los medios con uno cambiado por la espalda. Continuó con series cortas de tres muletazos ligados por el pitón derecho en los que el astado mostró calidad, humillación y entrega. Dio naturales de buen trazo seguidos de muletazos sin transmisión por lo que la conexión con los tendidos fue irregular, aunque los pases fueron de trazo largo y con codicia por parte del novillo. Mató de pinchazo, estocada y descabello. Aviso. Silencio.
Su segundo tuvo escaso fondo y lo intentó por ambos pitones. Ligó por el derecho y no por el izquierdo pero los muletazos fueron de importancia por este pitón. El novillo se echó durante la lidia. Mató de pinchazo y estocada. Silencio.
El primero de Daniel Barbero, que derribó en varas a José María Díaz, fue escasamente picado y llegó a la muleta con movilidad, fijeza y nobleza. Fue una máquina de embestir por ambos pitones, series de cinco por el derecho con ligazón y de tres por el izquierdo también ligados aunque de menor calidad y sin mancharse el traje, sin pasárselo cerca, sin darle la emoción que el público esperaba. Semigenuflexo en la parte final de la faena dio un pinchazo, estocada corta, dos pinchazos más, escuchó un aviso, dos pinchazos más y colocó una estocada larga. Silencio tras dos avisos. Su segundo le atropelló y desarmó por los dos pitones. Colocó una hábil estocada. Silencio.
Álvaro Burdiel en su primero tuvo un buen comienzo con la muleta ganándole terreno y llevándoselo al tercio. El novillo se dejó y tuvo codicia pero en las series siguientes Álvaro no terminó de acoplarse y el astado se fue quedando. A partir de entonces se arrimó, toreó en corto y hubo emoción pero un inoportuno desarme enfrió el ambiente. El pinchazo, la estocada, el aviso y el descabello hizo el resto. Leves palmas con aviso. Recibió a su segundo por verónicas dadas con precaución. Con la muleta dio series cortas en la media distancia por el derecho bajó la mano y ligó. Menos calidad tuvo por el izquierdo. Mató de estocada arriba. Escuchó un aviso. Petición de oreja y vuelta al ruedo.