Tal vez sean las fechas navideñas, las imperiosas ganas de creer en la tauromaquia o las diferentes circunstancias actuales las que me llevan a pensar y hacerme creer en que la próxima cita fallera debería ser la más importante y trascendental de las últimas décadas.
Maxi Mollá
Por una parte, las fechas navideñas y sus propicias circunstancias de buenos deseos pudieran ser las principales circunstancias que me hicieran esperanzarme en que esto sea posible y real. La segunda de las circunstancias quisiera dividirla en dos asuntos, uno lo marca el calendario y el otro la situación contractual del coso valenciano, mientras las fechas apuntan a una larga feria taurina de fallas 2019 con 1 novillada sin caballos, 2 novilladas picadas, 8 corridas de toros y 1 de rejoneo la actual situación empresarial del coso alzado por Monleón en el que la empresa Simón Casas Production apura una prórroga en la renovación del pliego de condiciones por un año, podría indicar el fin de una etapa y con ella, los más y mejores esfuerzos de la actual empresa por conservar en su agenda el futuro de esta importantísima plaza.
Y si a todo lo anterior le sumamos el extenso número de espadas y ganaderías que dieron un toque de atención o salto de calidad a lo largo de la pasada temporada, nos encontramos ante una atractiva cita con muchas e ilusionantes esperanzas de ver una gran feria con muchos toreros cargados de ganas y muchas ganaderías intentando abrirse paso, conformando un explosivo cóctel de inicio de temporada que debe marcar y encauzar los escalafones taurinos del 2019 marcando una nueva época de la tauromaquia encumbrando a nuevas figuras y reemplazando a otras que ya lo dejaron de ser.
Así que con el permiso de la empresa, y si los intereses no lo impiden, Valencia tiene todos los alicientes para disfrutar de la que debería ser la mejor y más interesante feria taurina de las últimas décadas.
Foto: Tomás Carnicer
