Se desconocen los ancestros taurinos de Algemesí, pero se conservan documentos que certifican que la celebración de toros y el montaje de su icónica plaza era ya algo tradicional en 1601. Desde entonces, que se tenga constancia, sólo han dejado de darse festejos en 11 ocasiones, y siempre por causa mayor. Los daños que provocó la última han convertido la organización de la feria de este año en algo impensable hace sólo unos meses.
No se sabe con exactitud cuándo empezaron a celebrarse festejos taurinos en Algemesí. El documento más antiguo del que se tiene constancia data de 1601, se conserva en el Archivo del Reino de Valencia e indica que, en el siglo XVII, la fiesta taurina se consideraba ya popular e importante, y que la anual construcción de la plaza era tradicional.
Sin duda, Algemesí es la feria de novilladas más antigua del mundo. Sin embargo, no se le da la cobertura mediática que parece merecer y, por tanto, no es la que más repercusión tiene. Debería y podría ser la más importante, pero, empezando desde dentro, habría que trabajar mucho en otras direcciones diferentes a las que Comisión Taurina orienta su empeño. Habría que profesionalizarse, cambiar parte de su idiosincrasia, y esto es algo que, ni Algemesí está dispuesta a hacer, ni seguramente haya que hacer. Algemesí es Algemesí, es su plaza, su fiesta, sus maneras y sus cosas. Y, con más virtudes que defectos, lleva más de 425 años organizando toros.
Que se tenga constancia, sólo se ha tenido que dejar de programar la Semana Taurina en 1840, por culpa de las guerras carlistas; en 1873, año de turbulencia política que acabó en el golpe de estado del general Pavía; en 1909, por la denominada Semana Trágica por la insurrección anarquista motivada por la guerra en Marruecos; en 1911, porque muchos algemesinenses se tuvieron que alistar en la Guerra de África; en 1918, por una fuerte crisis económica; de 1936 a 1938, por la Guerra Civil; en 1941, por la negativa del Gobernador a dar permiso por el comportamiento de la gente; y finalmente en 2020 y 2021, por la pandemia de COVID.
En más de 425 años de celebración sólo en 11 no hubo toros por causa mayor. Algemesí siempre se ha sobrepuesto a las adversidades, siempre ha sacado ánimo para seguir con las tradiciones, siempre ha encontrado la forma de salir adelante. Y este año lo ha vuelto a demostrar.
La catástrofe más dura que se recuerda no ha podido con la ilusión y la fuerza del pueblo. Un mes después de la última Semana de Toros, el río se salía para devastarlo todo. Algemesí quedaba sumergida bajo el agua y el barro. Adiós coches, adiós casas, adiós garajes, adiós comercios, adiós empresas, adiós recuerdos, adiós trabajos, adiós algunas vidas, esto fue lo peor. Adiós alegría y ganas de fiesta.
Se estima que el 98 % de los negocios locales se vieron afectados, ocasionando pérdidas materiales valoradas en más de 20 millones de euros incluyendo inactividad, reparaciones y pérdidas de existencias. Todos los sectores y vecinos resultaron afectados, también los peñistas y abonados.
Pero el tiempo, la ilusión y la fuerza del pueblo lo curaron todo. Y meses después de la tragedia, peñistas y ayuntamiento estaban buscando, y encontrando, la manera de tener toros, la manera de que la vida continúe. Y continúa gracias a la implicación del Consistorio, de la Diputación, de la Fundación Toro de Lidia con la Generalitat, de la Federación Taurina Valenciana, de la colaboración de empresas y de particulares, de voluntarios anónimos… Continúa gracias al trabajo de todos, y gracias a todos la Semana de Toros 2025 es una realidad, con seis novilladas picadas, dos sin caballos, una clase práctica y un festival, además de todos los encierros matinales. Un lujo que se extenderá hasta el 28 de septiembre con ilusión y fuerza.