Manuel Quintana lanceó con sello y enjundia. Tiene un buen corte de torero. No le falta empaque, aunque por momentos le costó cruzarse, pero cuando le dejó la maleta puesta a su antagonista, firmó muletazos de buena expresión. Prolongó en demasía su labor y costó cuadrar al novillo.
Esteban Gordillo se mostró como un torero enterado y con oficio. Dio una excelente media verónica a su novillo. Luego se le vio puesto y dispuesto, aunque algo escaso de firma. Echó las rodilla a tierra para dar unas manoletinas como epílogo de su labor. Mató, eso sí, de una estocada traserisima y tendida y un descabello.
Manuel Fuentes lanceó muy movido y banderilleó muy desigual al clavar. Y con la muleta realizó una labor tan pinturera como acelerada y ligera. Mató de una estocada muy trasera y tendida, aunque eso sí, se volcó sobre el morrillo saliendo volteado. Y luego de otra corta y delantera.
Hugo Masiá, torero de la tierra, se enfrentó a Playero, al que fue a recibirle a la puerta de chiqueros. Luego le dió tres faroles de rodillas, mostrando la inmejorable actitud con la que afrontaba el compromiso. Firmó un extraordinario tercio de banderillas, clavando de poder a poder, al quiebro y siempre reunido y arriba. Emotiva su apertura de faena, genuflexo en el platillo de la plaza, con pases cambiados por la espalda. Y consiguió una faena templada, limpia, muy asentada y firme. Siempre bien colocado y centrado, sabiendo lo que tenía que hacer. Mató de media estocada y dos descabellos. Una muy convincente actuación la suya.
Daniel García plantó cara en una faena de buenas intenciones, con compostura, aunque le faltó gobierno. Siempre pareció mandar el novillo. Mató de un pinchazo y una estocada que hizo guardia y luego otra tendida. Y varios golpes de descabello.