Mario Vilau logra un gran triunfo y sale a hombros al cortar tres orejas de un deslucido encierro de Osborne.
Algemesí, 20 de septiembre
Primera de la Feria de las Novilladas.
Segunda semifinal del Circuito Valenciano de Novilladas.
Lleno.
Novillos de Osborne, justos de presencia, flojos y de poco jugo. El cuarto fue lidiado com sobrero.
Santiago Esplá (de grosella y oro), silencio y vuelta al ruedo.
Nacho Torrejón (de pavo y oro), vuelta y vuelta al ruedo también por su cuenta.
Mario Vilau (de blanco y plata), oreja y dos orejas.
Paco Delgado
Foto: Mateo
Comenzó la tradicional Feria de las Novilladas de Algemesí a la que se acopló la segunda semifinal del Circuito Valenciano de Novilladas. Un festejo en el que se lidió un encierro de Osborne, feo, desgarbado y justo de presencia, sin apenas fuerza además y en conjunto deslucido y de poco juego.
Mario Vilau ha sido el gran triunfador de la tarde y lo ha sido con toda justicia. Se ha ido a recibir a portagayola a sus dos novillos y luego ha estado muy dispuesto y valiente. Con su primero ha toreado muy templado y despacio, dejando los mejores naturales de la función y con el sexto, con el que se ha lucido al enjaretar media docena de lances de rodillas tras haberse id a portagayola ha estado vibrante y muy en novillero, demostrando una gran actitud y no menos disposición aunque su trasteo ha sido algo más embarullado. Pero el novillero catalán ha demostrado que quiere ser torero y no ha escatimado esfuerzo para demostrarlo y convertirse en el primer gran triunfador de este serial algemesinense y meterse en la final del Circuito del día 4 de octubre.
Santiago Esplá ha intentado tirar de repertorio, tanto de capa como en banderillas, tratando de recuperar e interpretar suertes hoy bastante en desuso, rescatando la tauromaquia y sello familiar pero sin conexión entre sí en dos faenas muy irregulares y deslavazadas, yendo novillo y novillero como en distinta onda y, desde luego, sin conectar para nada con el público, mientras que Nacho Torrejón, a pesar de que ha dado dos vueltas al ruedo por su cuenta, ha pasado bastante desapercibido, toreando muy en línea recta y muy despegado, desplazando siempre hacia afuera a sus oponentes, sin meterse con ellos y sin asumir mayores compromisos.