Anda ya la temporada taurina desperezándose, quitándose las legañas invernales. Menos de un mes y suenan clarines y timbales en el Paseo Ribalta de Castellón; casi un mes justo, y sonarán en la calle Xàtiva. La vida sigue, no se sabe si igual (Julio Iglesias), y la historia, al menos la teórica, se repite cada 365 días. Es lo que hay, se dice ahora.
Vicente Sobrino
Antes de que Castellón y Valencia anuncian sus carteles (Magdalena y Fallas, respectivamente), se produce un acto que lleva como 20 años siendo el que de verdad rompe el hielo de los inviernos y nos pone la temporada taurina en bandeja: los libros de Avance Taurino.
La presentación de las obras que cada año edita Avance Taurino, que viene a ser, como digo, más que un acto ya un rito dentro de las acciones culturales de signo taurino. ¿Quién da más? “Naide”, diría el gran Rafael “El Guerra”. Pero es que después de “naide”, no está Fuentes ni está “naide”. Ejemplo de perseverancia; ejemplo de amor ilimitado por la tauromaquia; ejemplo de trabajo histórico para los restos. Y que no venga “naide” reclamando sitio. Caminante no hay camino, se hace camino al andar…Camino ha hecho Avance Taurino al andar, sobre la lucha casi solitaria contra viento y marea; viento y marea de quienes tendrían o tienen tanta o más responsabilidad en este nuestro planeta taurino. Y Avance Taurino sigue. Y sigue. Y sigue…
Digo que antes de que Castellón y Valencia desvelaran sus carteles, Avance Taurino presentó tres nuevas obras. Dos firmadas por su director, Paco Delgado, y una tercera del magistrado Mariano Tomás Benítez. Tres obras, tres. Cada una dentro de su contexto. Necesarias las tres. Las de Paco Delgado porque una de ellas desgrana lo que fue la temporada de 2017; la otra, porque pone sobre el tapete el trabajo incansable y meritorio de 30 años de periodismo taurino. Y la de Mariano. Un epítome de sus toreajes, con 35 nombres propios: de Manolete a Morante. Libro que he tenido el honor de prologar, a petición del propio autor. No lo dejen escapar. El libro, digo.
Al escaparate de la presentación de los libros sigue luego una cena con los íntimos de Avance Taurino. Para los anales, no la cena propiamente dicha, sino lo que ocurre durante y después de ella. Tertulia de eruditos, donde la controversia es la sal y pimienta. Donde el conocimiento cultural de los presentes se pone a prueba. Memoria, conocimiento, cultura…”de tot un poc”. Tampoco faltan las ironías, las risas: la satisfacción, en fin, del entorno humano. Este año alrededor de la mesa, mientras una televisión cercana daba el Barça-Valencia de Copa, la tertulia y sus circunstancias fueron una traca continua. Mariano Tomás, Enrique Amat, Toni Gázquez, Paco Villaverde, Paco Delgado, el que suscribe, el torero Román (boquiabierto casi todo el rato), y un invitado de honor, Leopoldo Sánchez Gil, le dieron un repaso de pe a pa a la historia de la tauromaquia (se te echó de menos Ricard Triviño). Alguna barbaridad se deslizó. Notable situación en estos casos, cuando la cuestión sube de tono en la misma proporción que el Vega Sicilia va haciendo sus sigilosos estragos.
Un placer, os digo. Descubrí en vivo y en directo a Leopoldo Sánchez Gil, decano territorial de los registradores de la propiedad de Castilla y León y el País Vasco. Al que agradezco sus lisonjas (creo que sinceras) por el prólogo a la obra de Mariano Tomás. Leopoldo Sánchez Gil, un volcán de conocimientos y cultura taurina. Periodista de vocación, escritor de hecho y derecho, aficionado de los de saber, estar y entender. Y después de todo ello, decano de los registradores de la propiedad de Castilla y León y País Vasco, casi lo de menos. Un honor, Leopoldo.
Y de carteles se remata la semana. Los de Castellón y Valencia; Magdalena y Fallas, respectivamente. Tiempo hay y habrá para el análisis. “De tot un poc”, también. No conviene en caliente asaltarlos. Vamos a respirar. Y a contar hasta 33, por ejemplo.
Por cierto, un desaire más del “produgtor” Simón Casas a la afición valenciana. Ni estuvo en la presentación de carteles, ni se le esperaba. Otro que va haciendo camino al andar…¿o lo desanda? Igual fue casi mejor. Nos ahorramos sus mítines demagógicos y agradecemos la síntesis directa y sencilla de Nacho Lloret.
Os digo, otro día, mi opinión sobre los carteles. Va de bo, señores…y señoras.







