Domingo, 18 de mayo de 2025. Plaza de toros de Venta del Moro. Lleno mañana soleada.Erales de Daniel Ramos, bien presentados y de notable juego. El cuarto, Agitador, fue premiado con la vuelta al ruedo. Daniel Artazos, oreja. Jesús Navalucillos, de la escuela de tauromaquia de Toledo, silencio. Jorge Escamilla, oreja. Iker Rodríguez, oreja tras aviso. . Pablo Torre, oreja. Entre las cuadrillas lució con la puntilla Adrián Merenciano. Y pusieron buenos pares José Román y Víctor Roig. Presidió, con rigor y excelente criterio, el alcalde de la localidad Luis Francisco López Yeves, asesorado por Miguel Díaz y Antonio Hernández.
De Las Ventas del Espíritu Santo a Venta del Moro. Sin solución de continuidad el aficionado pasó en dos días, de Madrid a Venta del Moro. Dos plazas de toros distintas, dos formas de ver y entender la tauromaquia. Dos formas de sentir el toreo.Todo es fiesta de los toros. Y aunque a la gran mayoría, lo que le gusta es ir a los festejos de ringo rango, del roneo, y a ver a las figuras, no son desdeñables estos festejos de promoción y en plazas más pequeñas. Y aunque haya un abismo entre Las Ventas y Venta del Moro,las dos tienen el mismo interés, el mismo respeto y la misma importancia en lo que es la fiesta de los toros. Aunque muchos no se den por enterados. Allá ellos.
Y es que la plaza de toros valenciana de Venta del Moro fue escenario de una clase práctica con participación de alumnos de las escuelas de tauromaquia. Cuatro de ellos de Valencia y uno de Toledo. El festejo fue amenizado por la banda Perla Negra Venturreña, con entrada gratuita para todos los aficionados, y contó con la colaboración de la Asociación Taurina Cultural la Loretana. Antes del paseíllo, se bendijo un azulejo con la imagen de la Virgen de Loreto, obra de Antonio Pons.
Daniel Artazos, es uno de los alumnos más aventajados de la escuela de Valencia, cuyo debut con picadores se anuncia en la feria del Pilar de Zaragoza. Se lució al torear con el capote y brindó la faena a sus compañeros de la escuela. Sobrado y suficiente, firmó una faena limpia, ortodoxa, ligada y reveladora de un torero ya preparado para mayores compromisos. Mató de una estocada trasera.