El año pasado, Algemesí quedó asolado por la Dana. Pero gracias a Dios, y al impulso y al esfuerzo de los algemesinenses y el sector taurino, que ha echado una mano, cuando el próximo sábado, día 20 de septiembre, las manecillas del reloj de la Basílica de San Jaime marquen las seis de la tarde, que no las cinco y media como era tradicional, comenzará una nueva edición de la tradicional feria de novilladas de esta localidad ribereña. Un ciclo de gran tradición, que supone una bocanada de aire fresco en la promoción de la fiesta en estos tiempos.
La conocida como setmana de bous constará de seis novilladas picadas, un festival taurino, dos festejos de promoción con participación de alumnos de las escuelas de tauromaquia y una clase práctica. Del aspecto organizativo se encarga una Comisión Taurina, formada por representantes elegidos entre las distintas peñas cadafaleras. La comisión a cuyo frente está Alberto Fernández, ha tirado este año 2025 para delante en un esfuerzo más que plausible, y ofrece de nuevo una feria de elevado nivel.
El dinero para sufragar los gastos de organización se obtuvo de la subasta de los 29 cadafales que componen la plaza. Este año, debido a las especiales circunstancias de la situación, se logró una recaudación de un 40 % menos que años precedentes. A pesar de ello, la comisión tiró para adelante y ganaderías y toreros han sido solidarios y han aceptado este reajuste de cotización.
No existe taquilla oficial, y cada una de las peñas se encarga de la venta de sus propias entradas, al precio que estiman conveniente. Un peñista, apostado en escalerilla que da acceso al cadafal, vende los boletos. En una mano, un puñado de localidades y en la otra una bolsa para guardar los dineros.
Los festejos se desarrollan en el incomparable marco que, en la plaza mayor de la ciudad, conforma un palenque de madera compuesto por el montaje de las citadas peñas, lo que supone todo un cuasi inverosímil prodigio arquitectónico. Son los propios cadafaleros quienes se encargan de levantar su parte del coso, de forma cuasi trapezoidal, bajo la atenta mirada del técnico de plaza y bajo la supervisión del aparejador y del arquitecto municipal. El recinto se divide en 29 gradas o cadafales.
La presidencia de los festejos se encuentra en el balcón de la casa consistorial y el reloj de la torre de la basílica señala la hora del comienzo de los festejos, cuyo claustro también se utiliza como capilla de la plaza. Un recinto que cuenta también con un amplio tendido de los sastres, conformado por los balcones de los edificios de viviendas que existen en la misma plaza mayor. A las ocho de la mañana de cada día tiene lugar un encierro con los novillos de la tarde, que recorren 300 metros desde los corrales hasta la plaza, como reminiscencia de lo que en su tiempo era la entrá. Y el viernes 19 tendrá lugar por la tarde el tradicional chupinazo que supone comienzo de las fiestas.
Una fiesta en la que toma parte toda la población en pleno, de todas las edades y estratos sociales. La plaza se llenará en los diez festejos programados, algo que en los tiempos que corren supone todo un hito. Y con una notable presencia de gente joven. Todo un lujo. Un regalo para el aficionado. Y como siembra de afición y cantera.
En los carteles de este año, ganaderías de prestigio y los principales espadas del escalafón novilleril. Entre las ganaderías, no faltarán clásicos en Algemesí, como Cebada Gago, Lagunajana o Daniel Ramos, entre otros. Y este año, con amplia presencia de toreros de Algemesí, donde ha surgido una numerosa y esperanzadora cantera. Juan Alberto Torrijos hará doblete como novillero con picadores. Hugo Masiá toreará una de las novilladas sin picadores, Iker Rodriguez está anunciado en el festival que cierra la feria junto con el ya matador de toros Nek Romero. Otros espadas de la tierra actuarán en la matinal del domingo 21, como Juan de Rocío, Víctor Roig, Álex Casas, Claudia Bravo y Raúl Oroval. Incluso la ganadería de Pujol Gómez lidiará sus astados también en este festejo. No se puede pedir más.
Algemesí, siempre.