Hoy se cumplen 85 años de la muerte de este ya mítico torero.
El 11 de agosto, toreando en Manzanares, el toro “Granadino”, de Ayala, pequeño, manso y astifino le dio una gran cornada en el muslo derecho al iniciar la faena de muleta sentado en el estribo, uno de los arriesgados lances que practicaba a menudo. No permitió que lo operaran en la modesta enfermería de la plaza, donde el médico local Fidel Cascón Arroyo se ofreció para intervenirlo, y pidió volver a Madrid, pero la ambulancia tardó varias horas en llegar. A los dos días se declaró la gangrena. Murió en la mañana del día 13 de agosto.
Esa temporada había reaparecido y acudió a Manzanares en sustitución de Domingo Ortega.
Nació en Sevilla, el 6 de junio de 1891, fue cuñado de Joselito, en cuya cuadrilla se formó como torero y fue quien le dio la alternativa en 1919, En Barcelona y con Juan Belmonte como testigo.
Su figura trascendió con mucho el ámbito taurino, ya que fue también aficionado a la literatura y escritor, lo que le convirtió en uno de los personajes de la cultura más populares de España durante el primer tercio del siglo XX.