Juan Ortega hace una gran faena y corta dos orejas y Luque consigue una.
Sevilla, 15 de abril.
Novena de abono.
Lleno.
Toros de Domingo Hernández y Garcigrande, tercero, y un sobrero, cuarto, de Matilla.
Morante de la Puebla, silencio tras aviso y silencio tras aviso.
Daniel Luque, ovación y oreja.
Juan Ortega, silencio y dos orejas.
Pepe Ruciero
Foto: Toromedia
Lunes de feria, tarde de máxima expectación; un cartel con tres toreros de la tierra; una plaza en la que no cabía un alfiler. Toros de Domingo Hernández y Garcigrande de escasa presentación y juego. El sobrero de García Jiménez deslucido.
Morante con su primero dio poco de sí con el capote; brilló Curro Javier en la brega a pesar que quienes se desmonteraron fueron Joao Ferreira y Alberto Zayas. Muy pinturero, con dos trincherazos, inició su faena. Las series sobre la diestra tuvieron momentos de lucidez intermitente. Sobre la izquierda el de Domingo Hernández acusó la falta de recorrido defendiéndose con la cara alta y escarbando. No estuvo acertado con los aceros. Manseó en varas su segundo, protestado por el respetable por partirse la bellota del pitón siendo devuelto. En su lugar salió un colorao, sobrero de Matilla, de justita presencia y recorrido. Le citó por alto por la acusada falta de fuerzas. Abrevió sin opciones. Mató de estocada y mitin con el descabello.
Daniel Luque lanceó a la verónica con garbo y elegancia a su primero. Quite de arte en su máxima expresión de Juan Ortega, por tafalleras, con la réplica de Daniel Luque por chicuelinas. Los tanteos le hicieron meter en el canasto a este Fantasmón, en series con muletazos que calaron en los tendidos. En la tanda sobre la zurda bajo la continuidad de la emoción. Se refugió en las distancias cortas como recurso, sin llegar a los tendidos. Mató de pinchazo y estocada. Con su segundo, falto de raza y mirón, consiguió poderle aunque el manso, buscaba las tablas. Se inventó Luque una faena meritoria por ambos pitones, que finalizó por luquesinas.Mató de estocada y paseó una oreja.
Salió suelto el primero de Juan Ortega; lo recogió muy cerrado en las tablas del dos, acentuando su brega. Se dejó pegar en el caballo, este de Garcigrande. Rebrincado, calamocheando y sin ánimo de pasar. Juan Ortega marcó las distancias y templó sin molestar y sin llegar a tocar la franela, pero las dificultades para acoplarse fueron evidentes. Pases sin pena ni gloria, finiquitaron su labor. Mató de pinchazo y estocada. Recibo capotero de Ortega con soltura a su segundo. Ajustado par del banderillero Jorge Fuentes que llegó apurado a la tronera. Tras brindar a Pepe Luis Vázquez, dejó momentos en los inicios con parsimonia y torería. Los muletazos iniciales tuvieron sabor y aromas del toreo que gusta en Sevilla. Los naturales al ralentí, con cadencia a los sones del pasodoble Manolete, dejaron la impronta de un toreo grande. Los pases finales toreando por bajo, genuflexos y el remate pusieron a la Maestranza en pie.Tras una estocada en todo lo alto, paseó dos orejas.