Los toros de Fuente Ymbro no se lo pusieron fácil a los de coleta.
Las Ventas, 21 de mayo.
Decimoprimer festejo de la Feria de San Isidro.
Algo más de tres cuartos de entrad.
Toros de Fuente Ymbro.
Adrián de Torres, ovación y vuelta al ruedo.
Juan Leal, silencio y palmas.
Leo Valadez, oreja y silencio.
MIguel Ángel Herráiz
Foto: Plaza 1
Los toros de Fuente Ymbro no se lo pusieron fácil a los de a pie, fueron ásperos y llevaron la cara alta en la muleta, salvo el encastado y humillador tercero que tuvo un buen pitón derecho. Adrián de Torres, quien entró en el cartel por la vía de la sustitución de El Fandi, hizo derroche de valor, llegando casi al exceso, en sus dos toros y aunque fue levantado violentamente varias veces su dignidad torera y afán por hacer las cosas bien le llevaron a pasar por la enfermería, afortunadamente sin cornada, con la suerte de que su primero, que se lo pasó de pitón a pitón no hiciera sangre. Juan Leal también mostró valor, comenzó sus dos faenas de muleta con las rodillas en tierra y también fue levantado del suelo sin mayores consecuencias. Tuvo el peor lote y no le dio opciones. Leo Valadez exhibió disposición y entrega, estuvo variado y garboso con el capote, mandó con la muleta, acertó con el estoque y cortó la única oreja de la tarde.
Adrián de Torres recibió con ajuste por verónicas a su primero que en la cuarta se le vino al cuerpo por el pitón derecho. En su quite fue violentamente volteado. Inició con asentamiento y quietud por estuarios y por el derecho se le coló peligrosamente. Cambió de mano y embistió levantando la cara. Optó por la derecha y aguantó tornillazos. Volvió a ser levantado y en el suelo se libró de pura suerte. Mató de estocada recibiendo. El público pidió con fuerza la oreja que no concedió el Presidente. En su segundo le enganchó el capote y no fue posible pararse. Curro Javier brilló en banderillas y tuvo que saludar. En la muleta resultó complicado y enganchó.
Leo Valadez recibió con lucidos lances a pies juntos. Su quite lo hizo por airosas gallosinas. Con la muleta bajó la mano y dio profundidad por el derecho. Por el izquierdo tardeó, fue bronco, se acostó y dificultó la ligazón. Retomó el derecho y se encajó con el toro. Con valentía se arrodilló para finalizar por manoletinas. En la estocada empujó con todo el cuerpo y salió trompicado. Cortó una oreja. Su segundo manseó en el capote. Alberto Sandoval se lució en varas. En su quite las lopecinas fueron del agrado del respetable. Manso y tardo fue el astado en la muleta, apenas pasó y no tuvo recorrido ni transmisión.
Juan Leal tuvo un primero buscón y tardón. Inició de rodillas con la muleta y al tercer pase buscó el cuerpo. La escasez de recorrido y de casta dificultaron la labor. Con su segundo se entregó en la suerte suprema y sufrió una importante voltereta que el público apreció.