Durante diez días Valencia vivió sus fiestas falleras, en las que la música, la pólvora y la gente prepararon el camino al fuego purificador. También en el coso de Monleón hubo color, ambiente y abundantes notas de interés, muchas de las cuales no deben desaparecer sin rastro como el humo que acabó con las fallas.
Paco Delgado
Un año más, y así sucede desde hace casi un siglo, los festejos que se dan en la ciudad del Turia con motivo de las fiestas en honor a San José, sirven de guía a lo que será la temporada taurina que comienza con esta feria que, sin acabar de ser redonda en ninguno de sus muchos aspectos, sí que tuvo, y prácticamente a diario, brillantes fogonazos que no deben ser dejados pasar en vano.
Si se empieza el repaso por la asistencia de público, aunque la media sea de alrededor de media plaza, hubo dos tardes en las que se acabó el papel, al margen de los festejos populares. Muy buena entrada, pero sin llegar al lleno, para la función mixta del día 15 y aceptable registro en el festejo de celebración de la alternativa de Román, pese a estar muy alejado del meollo ferial. Esa corrida más metida en los días buenos hubiese tenido mucha mayor aceptación. Una vez más se comprueba que el día 19 tiene poco tirón, lo que confirma que, al no haber una información taurina que llegue masivamente a la gente no especialmente interesada en el tema, sólo llenan las figuras. Y figuras quedan cada vez menos…
Roca Rey fue el único que demostró y confirmó su tirón y las dos tardes que se anunció el peruano fueron las únicas de no hay billetes. También en el ruedo dejó ver su carisma y capacidad, siendo tenido al acabar el serial como triunfador absoluto del mismo y premiado como autor de la mejor faena. Su campaña americana, ciertamente floja, y su muy gris paso por La Magdalena habían suscitado dudas que se encargó de disipar. Su primera actuación fue de menos a más y convenció a todos con su segunda faena, en la que obtuvo una oreja tras una labor de muy largo metraje en la que lo dio todo y a punto estuvo de escuchar un tercer aviso. En su segunda tarde ya se le vio pletórico y el tener delante un toro como “Leguleyo” contribuyó a que alcanzase la cumbre de la feria y salir de nuevo lanzado.
Otro de los grandes destacados fue Paco Ureña, que con un gran toro de Montalvo dejó en el festejo final una segunda mitad de trasteo impresionante, con unos naturales de recorrido inabarcable. Ese día abrió la puerta grande El Fandi, al que el público agradeció su entrega y fidelidad a un estilo, si bien lo hecho por el granadino no tuvo ni el poso ni el fondo de la labor de Ureña. Borja Jiménez, cuyas formas gustarán más o menos, dio una lección de pundonor y a punto estuvo de obtener un triunfo de mayor calado y Román saldó con éxito y bien su tan arriesgada apuesta.
Castella demostró mantenerse en esa nueva onda que le sirvió el año pasado para seguir contando, Pablo Aguado apuntó cositas pero, como Juan Ortega, tres verónicas y una media, sigue sin romper nada, y Morante, ya tocado, dejó ver su personalidad. Manzanares y Talavante fueron anulados por Roca Rey, Emilio de Justo no tuvo material y Cayetano, que sí lo tuvo, no lo aprovechó. En el festejo de rejones se volvió a comprobar que Sergio Galán podría estar perfectamente en los carteles de cualquier feria.
El capítulo novilleril aporta motivos para la esperanza, especialmente por las actuaciones de Alejandro Peñaranda, otro de los que franqueó a hombros la puerta grande, y Samuel Navalón, dos novilleros que evidenciaron progresos y cualidades. Nek dejó ver de nuevo su valor pero hay que enfrentarlo a sus iguales.
En el apartado ganadero, en la parte positiva hay que reseñar, por orden cronológico, el gran conjunto de José Cruz para la novillada de promoción, el de Fuente Ymbro del día 14, el excelente encierro de Jandilla, del que destacó el gran tercer toro, “Leguleyo”, nominado para indulto y que fue el mejor toro de la feria; un par de ejemplares de Juan Pedro el día 18 y otro de Puerto de San Lorenzo ese mismo día así como varios toros de Montalvo en el cierre ferial. En lo negativo volvió a fallar, como en 2023, Victoriano del Río, con una corrida sin presencia ni esencia.
Se quemaron las fallas , y aunque también hubo petardos, no todo fue humo.