En este religioso, bonito, sentimental, familiar y añorante tiempo de la Navidad, parece oportuno acordarse de los que mantienen el toreo. Personas de buena voluntad, como dijeron los ángeles, que atienden a su gran afición y vocación por los toros.
Ricardo Díaz-Manresa
Son los que piensan más en el aficionado que en sus intereses particulares (pocos) y los podemos resumir en las 4 T: toro, torero, taurinos y taurineo. Ganaderos, espadas, profesionales empresarios y apoderados y aficionados de verdad. Los llamados antes del “grupo especial” para determinar la categoría de los toreros en activo. Los cabales. Cabal, en su significado de excelente y de bueno y positivo se mire por donde se mire.
Todos tenemos claro los cabales entre ganaderos, toreros y profesionales del sistema que organizan ferias y festejos o dirigen como apoderados a toreros. Pero el cuarto grupo es más desconocido : los cabales dentro de la masa de la afición, los que se preocupan y ponen al servicio del toreo, para mantener y fomentar el fuego sagrado, su tiempo y sus desvelos en peñas, asociaciones, grupos taurinos, organizadores de Semanas Taurinas y de actos culturales, muy importantes para que todo siga pimpante. Y además se acuerdan de los toreros y los premian con galardones por su buen hacer en el ruedo y a otros que, de paisano, lejos del traje de luces fomentan y defienden al espectáculo y sus actores.
Un cabal fue JUAN SÁEZ DE RETANA, precisamente presidente de la peña LOS CABALES desde 2006 hasta su reciente fallecimiento, tan sentido. Hombres de los que hacen falta para que el torea sea importante, dentro y fuera de los ruedos. Nada menos que 17 años, sin cansarse, de presidente y hasta este año ofreciendo homenajes a gente del toro y su entorno como al doctor Padrós, en julio pasado de este año que termina. Y sin cansarse 150 homenajes y reconocimientos, con una media aproximada de 10 por temporada. Nada menos.
Y después asistir a los toros, con ilusión y esperanza, acompañado siempre de su hija Carmen, la más aficionada de sus 4 hijos. Y siempre con una sonrisa, una palabra amable, una frase simpática y oportuna. Muchas veces en la explanada de la plaza de toros de Las Ventas y otras, menos, coincidiendo por las calles de nuestro barrio del Centro y Chamberí. Gran ser humano.
Cuando escribo taurineo o taurinos me refiero a la crema donde siempre estuvo JUAN SÁEZ DE RETANA. No a los que se aprovechan o quieren simplemente pasárselo bien.
SÁEZ DE RETANA estuvo entre los cabales como ejemplo de cabal, como otros grupos que, sobre todo en invierno, mantienen el interés por el toreo y su mundo como la Asociación El Toro de Madrid y el Círculo de Amigos de la dinastía BIENVENIDA, entre otros. También los hay que taurinean. De todo vemos.
Vaya mi reconocimiento para los cabales que merecen admiración y cariño como JUAN SÁEZ DE RETANA.